Grandes firmas financieras han anunciado recientemente el cierre de sus operaciones en países latinoamericanos y de Centroamérica para enfocar su estrategia de negocio en México, en un entorno de recuperación económica y cambios políticos en la región.
y Gentera son las empresas que decidieron dejar sus negocios en Perú y Guatemala , respectivamente, con la promesa de reforzar sus desarrollos digitales y ofrecer mejores servicios al público mexicano, en un ambiente de mayor competencia con la presencia de nuevos jugadores, particularmente en el sector financiero tecnológico , mejor conocido como fintech .
En julio pasado, Gentera informó el traspaso de su negocio de microcréditos en Guatemala, Compartamos , a la Fundación Génesis Empresarial de ese país, con el objetivo de enfocarse en los mercados de México y Perú.
Sobre el tema, la empresa dijo a EL UNIVERSAL que el mercado en el país centroamericano no dejó de ser atractivo, pero la estrategia de negocios de la firma se centra en sus clientes del sector microfinanciero en México.
“No es que el mercado haya dejado de ser atractivo para Gentera. Realizamos esta operación porque preferimos alinear nuestros esfuerzos a la estrategia y prioridades que nos hemos trazado, asegurando nuestros recursos para servir mejor a nuestros clientes en México y Perú”, explicó el director ejecutivo de fusiones y adquisiciones de Gentera, Javier Fernández Cueto.
“Estamos convencidos y contentos de que Fundación Génesis Empresarial mantendrá nuestro legado de 10 años, y es el mejor aliado en Guatemala para seguir ofreciendo un gran servicio a los clientes”, detalló.
Resaltó que pese a la incertidumbre que pueden representar algunas decisiones gubernamentales en México, el enfoque de la compañía se centra en impulsar la recuperación en las comunidades en donde operan, ante el reto que significa el impacto económico del Covid-19 .
“Gentera siempre ha puesto el enfoque en el cliente, en sus necesidades. Sabemos que actualmente requieren seguir recibiendo financiamiento para que sus negocios repunten y la economía de sus comunidades se vea beneficiada, en eso es en lo que trabajamos. La necesidad de inclusión financiera es muy grande y estamos concentrados en servir a este segmento de la mejor manera, desarrollando productos y servicios más eficientes”.
Adiós a Perú
En noviembre de 2020, Grupo Elektra anunció la venta de la totalidad de las acciones de Banco Azteca en Perú a un grupo de inversionistas locales, sin revelar el monto de la transacción.
“La operación se llevó a cabo en estricto apego a la normatividad vigente y fue formalizada por las partes involucradas, mismas que estuvieron en contacto con la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones (SBS) del Perú”, dijo la empresa.
Detalló en sus reportes financieros enviados a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que, al momento de la venta, las operaciones de Banco Azteca del Perú representaban una proporción no material con relación a la totalidad de actividades del negocio financiero de Grupo Elektra.
“Como resultado de esta operación, la compañía concentrará sus esfuerzos en México, Estados Unidos y Centroamérica , lo que podrá impulsar aún más sus sólidas perspectivas”, señaló.
Sobre la operación, la clasificadora de riesgo peruana Class & Asociados realizó un análisis sobre el reto que representó para la firma financiera, propiedad del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego , su operación en el país sudamericano, recordando que desde su arranque, el banco enfocó sus operaciones en los segmentos socioeconómicos C y D, replicando el modelo de negocio que Grupo Salinas manejaba en México.
“Dicho segmento presenta mayor riesgo por la informalidad existente en estos negocios y por la incertidumbre en la generación de flujos económicos, así como por la falta de cultura financiera. En un inicio, dicho modelo funcionó”, señaló.
Sin embargo, el mercado financiero peruano evolucionó rápidamente, dejando desfasado el modelo que manejaba Banco Azteca, a lo que se sumaron las deficiencias en el proceso de admisión de créditos, agregó en su análisis.
“Por ello, el banco empezó a presentar deterioro marcado en cuanto a la cartera de créditos y calidad de cartera”, agregó.
La consultora recordó que luego de varios intentos para recuperar participación de mercado y mejorar la morosidad, entre otros factores, en 2019 el banco cambió su modelo de negocio, el cual empezó a mostrar resultados a finales de ese mismo año.
Dicho ajuste se enfocó en otorgar préstamos personales dirigidos a los clientes bancarizados con mejor perfil de riesgo, como complemento al modelo tradicional que Banco Azteca manejaba.
“En diciembre de 2020, el banco concretó el proceso de venta del total de sus acciones hacia un grupo de inversionistas peruanos, los que continuaron con el nuevo modelo de negocio implementado en 2019, pero con énfasis en los emprendedores y sus familiares, de los niveles socioeconómicos C y D, debido a la coyuntura del Covid-19”, añadió.
Entorno retador
A inicios de este mes, Moody’s bajó las calificaciones de depósitos de largo plazo de Banco Azteca a Ba2, con perspectiva estable, en un escenario difícil de recuperación luego de enfrentar la morosidad y disminución en su colocación de cartera.
De acuerdo con la firma, si bien Banco Azteca ha reportado un mayor crecimiento de sus préstamos desde 2020 en comparación con el promedio del sistema financiero mexicano, la reducción de los gastos de provisión y el efecto favorable de aumentar las tasas de interés contribuirán a mejorar la futura generación de utilidades a niveles previos a la pandemia .
“La perspectiva de Banco Azteca ahora es estable, lo que refleja la capacidad demostrada del banco para manejar el riesgo de activos durante la profunda crisis causada por la pandemia, pese a la relación de sus operaciones con los mercados de consumo y empleo, dos sectores muy afectados en 2020”, dijo Moody’s.
“La perspectiva estable también incorpora las tendencias favorables en la calidad y rentabilidad de los activos del banco, lo que respaldará la capacidad de reposición continua de capital para mitigar las concentraciones intrínsecas en créditos y negocios del banco”, agregó.
Posición destacada
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), México es el segundo mayor inversionista de América Latina.
Sobre todo en Centroamérica, constituye uno de los inversionistas más importantes para todos los países, con excepción de Panamá, donde sus inversiones han sido menores.
“No obstante, el menor dinamismo de sus inversiones en los últimos años sugiere un reacomodo en las estrategias de inversión de las empresas mexicanas. La mayoría de empresas mexicanas que han invertido en la región centroamericana son consideradas como grandes empresas translatinas; algunas de estas empresas iniciaron su proceso de internacionalización en países centroamericanos”, agregó.
En el texto La inversión mexicana en Centroamérica , la Cepal dice que el centroamericano es un mercado potencial para nuevas empresas mexicanas, sobre todo especializadas en nuevos sectores, o pequeñas y medianas que aún no se internacionalizan.
“Algunas empresas multinacionales han propiciado que otras empresas extiendan sus actividades a los países centroamericanos, pero aún son pocas las pequeñas empresas mexicanas que han decidido invertir en Centroamérica”, explicó la Cepal.
Así, un mayor enfoque en la atracción y apoyo a este tipo de empresas sería necesario, tanto por parte de las oficinas de atracción de inversión de países centroamericanos, como por parte de instituciones mexicanas.
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