Hay una palabra que los especialistas en materia económica repiten una y otra vez a la hora de hablar del futuro de México para 2018: incertidumbre. Este año trae para el país una serie de procesos tanto internos como externos, los cuales en conjunto hacen que el panorama sea, precisamente, incierto. Si el año pasado no fue precisamente sencillo para las empresas, el actual muy probablemente no va a ser mejor.
De acuerdo con el análisis 2017: mayor inflación y menor crecimiento, realizado por el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), al igual que las familias, las empresas en 2017 enfrentaron un incremento de precios que tuvo un “denominador común”: el costo de los energéticos.
Pero no fue el único factor que presionó la estructura de costos empresariales, sino que la depreciación del tipo de cambio, el incremento en la inseguridad carretera, los mayores costos de transporte y logística y el aumento internacional de precios que se observó en insumos importados fueron otros factores que presionaron la fijación de precios por parte de las empresas.
Vale decir que 2018 no viene mejor. El proceso electoral más grande de la historia mexicana, las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con Estados Unidos y los resultados que pueda traer la reforma fiscal recién aprobada en el vecino del norte hacen que no sea un momento precisamente de expansión para las empresas en México.
“El 2018 es un año de elecciones, entre otras cosas, y siempre estos años son inciertos, no son años en los que se piense invertir en grandes cosas, sino más bien en rentabilizar, así que todas las empresas van a buscar hacerse más rentables”, explica Ivette de Jacobis, directora de la consultoría de empresas Espiral Positiva. Todos estos eventos tanto internos como externos se convierten en un coctel para que las empresas muy probablemente no busquen expandirse, sino más bien conservar lo que tienen hasta ahora y sacarle el mayor provecho.
¿Tienes una empresa? Te damos algunas alternativas a través de las cuales podrás mejorar el funcionamiento de tu compañía, a la vez que reduces costos y la haces más rentable sin tener que sacrificar lo primero que se suele sacrificar ante un escenario de incertidumbre o de una necesidad de rentabilidad: el capital humano.
Trabajar con base en resultados
Se acabó la era en la que los empleados cubrían sus ocho horas reglamentarias y apenas se cumplían, cerraban la oficina y salían corriendo despavoridos. Durante muchos años esta dinámica primó en el mundo laboral, pero hoy, si las empresas desean aumentar la productividad, necesitan comenzar a fijar metas en concreto y trabajar junto con sus empleados para cumplirlas, más allá de mantenerlos en una oficina.
“Toda la vida se ha planteado trabajar por objetivos, pero cada día se vuelve más indispensable. Las pymes tienen que aprender a generar una estrategia y a crear KPIs (indicadores de rendimiento, por sus siglas en inglés)”, asegura la especialista de Espiral Positiva. Es importante que a este trabajar por resultados se le acompañe con el establecimiento de indicadores con los que se pueda medir qué tan efectivo es esta forma de trabajo, la cual va a acompañada de trabajo flexible.
No sólo en México, sino a nivel global, es una forma de trabajo que cada vez más empresas adoptan, porque funciona. “Como resultado, aquellas empresas que están creando productivamente acuerdos flexibles de trabajo podrán estar en ventaja en términos de contratación y retención de talento en demanda”, señala el estudio Trabajo para mí. Comprendiendo la demanda de flexibilidad del candidato, realizado por ManpowerGroup.
Por supuesto, implementar políticas de flexibilidad exige transformar la cultura organizacional de la empresa. Primero, la recomendación es la de alinear incentivos con los resultados y con el rendimiento del colaborador, estableciendo metas y plazos con base en los que se pueda medir el desempeño, señala este análisis. Pero, ojo, no se trata de que la dinámica de trabajo cambie de un día para otro, sino que es importante dar pequeños pasos hacia esta transformación. Lo que sí es necesario es primero entender las necesidades de trabajo flexible que tienen los trabajadores y en este sentido, orientar el diseño de los acuerdos, señala el estudio. La tecnología es un buen aliado en estas transiciones.
Que ellos estén más comprometidos
Hacer que los empleados estén más comprometidos puede hacer que la empresa reduzca sus costos, porque éstos suelen tener menos faltas y ser más productivos, entre otras ventajas para las organizaciones. Según un estudio realizado por Gallup en el que los investigadores estudiaron la diferencia de desempeño entre equipos comprometidos con su trabajo y aquellos que no lo estaban, aquellos equipos situados en la primera mitad —es decir, los que estaban más comprometidos— duplicaron las posibilidades de éxito sobre aquellas unidades que no estaban comprometidas. Asimismo, aquellas organizaciones situadas en el primer cuarto se desempeñaron mejor que aquellas en el último cuarto, en 10% en cuanto a las calificaciones de los clientes, 22% en rentabilidad y 21% en productividad.
¿Cómo lograr empleados comprometidos? No es fácil, pero mucho tiene que ver la manera en la que se desempeña su líder.
De acuerdo con el estudio State of the American Manager, realizado por Gallup, 70% de qué tan motivados o no estaban los empleados encuestados dependía del desempeño de su superior. Ser un buen líder no es sencillo, pero entre lo que le toca está dejar abierto el canal de comunicación, escuchar a todos sus colaboradores y fomentar un ambiente colaborativo.
Servicios compartidos
Un ejemplo para entender qué son: una empresa necesita un director de Finanzas de primer nivel, pero no le alcanza para pagarlo; sin embargo, invita a un profesional con las características que la organización necesita para que una vez a la semana capacite al director de finanzas actual para mejorar su nivel.
“Así, yo comparto este costo del director de finanzas con cinco o seis empresas más y él capacita y mentorea a mi contador actual, que es de nivel medio”, explica Ivette.
No se trata de outsourcing, sino de una consultoría mezclada con mentoring. Se trata de capacitar al personal con profesionales de alto nivel durante un cierto periodo de tiempo, lo que hace que el personal se desarrolle, la empresa ahorre costos y convierta esta capacitación en un gasto variable. “Esto va a tener mucho auge con el objetivo de adelgazar mi estructura actual y para ofrecer capacitación efectiva al personal”, asegura la especialista.
Incentivar la capacitación
La inversión de los empleadores en capacitación se está quedando corta, de acuerdo con un informe realizado por Kelly Services, y hoy los empleados tienen que tomar las riendas de su propia carrera profesional. Así, la capacitación se vuelve una cosa de dos en la actualidad, en la que los empleados se preocupen por capacitarse y la empresa por incentivarlos a que lo hagan a través de bonos o del pago de una parte del curso o taller, por ejemplo. Se trata de que las empresas generen un programa de incentivos ya que las empresas deben apostar a que sus colaboradores se capaciten, según Ivette.