El socialismo siempre ha fracasado y esto se debe a que el modelo lleva el colapso en su diseño, opina Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas .
En su columna que compartió en su blog personal , menciona que los comentarios de socialistas, como: “ahora sí la cosa será distinta”, el “socialismo es humanitario”, “socialismo con rostro humano” o un “socialismo del Siglo XXI” también han fracasado rotundamente.
En el siglo XX se intentaron establecer varios gobiernos socialistas , como en la Unión Soviética, Camboya, Cuba y Corea del Norte.
“En los años posteriores a la caída del Muro de Berlín —señal inconfundible del fracaso del sistema socialista — innumerables políticos han buscado seducir a la población ofreciendo una supuesta “igualdad” que tiene enormes costos ocultos: el colapso económico y la esclavitud ”, destaca el empresario.
En diversas regiones resurgen gobiernos autoritarios que amenazan las libertades bajo el rostro de un “socialismo amable”, realmente un neocomunismo, que pervierte la democracia , puntualiza.
Salinas Pliego
enumera tres fases en los experimentos socialistas :
La luna de miel, cuando el experimento socialista parece tener éxito internamente y es aplaudido por los intelectuales de occidente, que ven al nuevo gobierno como una promesa de cambio.
Las excusas y charlatanería el cual explica es un este periodo marca el fin de la luna de miel, ya que comienzan a revelarse fracturas y fallas en el gobierno socialista y la última que nombra como “no es el verdadero socialismo” donde se presenta cuando el experimento es completamente desacreditado y hasta los más entusiastas seguidores se apartan del mismo.
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El presidente de Grupo Salinas indica que constantemente el socialismo tiene los mismos resultados: censura, autoritarismo, represión, descontento generalizado, escasez, miseria y emigración masiva.
“La mala noticia es que una economía “democratizada” bajo este concepto nunca ha existido ni existirá porque el socialismo representa exactamente lo contrario de los valores democráticos”.
Para Salinas Pliego es más democrático el sistema de mercado porque confluyen la voluntad de millones de personas, todas de manera espontánea y libre, buscando intercambiar los frutos de su trabajo.
“Las economías planificadas, por definición, se rigen por una tecnocracia elitista y requieren una concentración extrema de poder en manos del gobierno que debe decidir, qué, cuánto y cómo se produce en cada momento, así como quién está obligado a trabajar en lo que se le ordena”.
El empresario subraya que el socialismo no empodera a los trabajadores, por el contrario, les quita toda su dignidad al concentrar el poder en una élite burocrática que nadie eligió.
“Conlleva una gran restricción de libertades —especialmente de movimiento— ya que no se puede planear una economía cuando los factores de producción tienen la capacidad de moverse a voluntad”.
Salinas Pliego explica que el neocomunismo es impulsado por un ideal distorsionado de “hermandad caritativa” y “pobrismo cristiano”, es decir, una exaltación de la pobreza como un ideal.
“Bajo esta visión tergiversada, la humanidad es como una familia muy grande y todos debemos ocuparnos de los demás. Entonces, para que no haya fricciones y envidias, lo más conveniente es que todos seamos pobres porque así no habrá razones para pelear o discutir”.
“Hoy es indudable que necesitamos libertad de acción para poder emprender, innovar y generar riqueza. Para acceder a una verdadera Prosperidad Incluyente, cada individuo debe ser capaz de generar riqueza a través de su propio esfuerzo, conocimiento y dedicación”.
Ya que bajo un sistema socialista se erosiona la libertad, “por lo que el único resultado posible es la pobreza y el descontento generalizado”.
vcr