Mónica Rodríguez es madre soltera y perdió su empleo de camarera en un hotel cuando recién comenzó la . Tras buscar trabajo por un tiempo encontró una oportunidad en la informalidad.

Sus ingresos ya no son los mismos, pero cuando menos le permitían llevar muslo y pierna de pollo a la mesa de su hogar dos o tres veces por semana y, en ocasiones, hasta pechuga.

Sin embargo, notó un importante aumento en el precio del cárnico desde finales del año pasado. Al principio pensó que se trataría de un incremento pasajero por el invierno. Es lo que ocurre cada año, le decía el pollero de su colonia. Pero la temporada terminó y el pollo, en lugar de bajar, subió con mayor fuerza durante la primavera.

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Hace un par de meses, Mónica no tuvo más remedio que dejar de consumir las piezas de pollo que tanto les gustan a ella y a su hijo. “Ya no me alcanza, por eso mejor llevo un kilo de huevos, estos no han subido tanto y es la proteína más barata que puedo conseguir en el mercado”, dice.

Considerado el cárnico más consumido en el país, debido a la accesibilidad de su precio con relación a otros productos de origen animal, el pollo anotó la mayor subida de precio en más de 24 años, luego de que millones de mexicanos perdieron su empleo por la pandemia de Covid-19 y varios más se dicen dispuestos a trabajar horas adicionales para conseguir un dinero extra, pues sus ingresos son insuficientes para cubrir sus necesidades.

Cifras del Inegi muestran que, en promedio, el precio del kilo de pollo se disparó 30% durante mayo con relación al mismo mes del año pasado. Se trata del séptimo mes seguido con alzas a tasas de doble dígito, así como la mayor subida desde febrero de 1997, cuando se elevó 31%.

En febrero, la Profeco explicó que el alza del pollo se dio por la entrada del invierno y estimó que empezaría a abaratarse a partir de abril, lo cual no sucedió.

El Inegi detectó incrementos en las 32 entidades federativas el mes pasado.

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El mayor aumento se dio en Hidalgo y fue de 47%. Le siguieron el Estado de México, con un alza de 46%; Morelos, 40%; Ciudad de México, con 36%, y Veracruz, también con 36%. Estas cinco entidades concentran casi un tercio de la población del país.

Por ejemplo, en Pachuca, capital de Hidalgo, el precio promedio de la pechuga de pollo a granel con hueso repuntó a 94 pesos por kilo, tras costar 75.40 pesos en mayo de 2020 y significa un aumento de 18.60 pesos.

El precio del pollo vuela por los cielos
El precio del pollo vuela por los cielos

Dependencia del exterior

El año pasado, México requirió 4.5 millones de toneladas de pollo y fue el sexto mayor consumidor del mundo. De este total, el país produjo 3.7 millones y el resto provino del extranjero, señala el compendio estadístico del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne).

Veracruz, Jalisco y Aguascalientes fueron los tres principales generadores de pollo en México, por concentrar 35% de la producción nacional durante 2020.

Casi una quinta parte del consumo nacional de pollo proviene de la Unión Americana, donde el cárnico se ha encarecido 41%, pues su economía empezó a recuperarse rápidamente por el éxito en el proceso de vacunación y los estímulos de las autoridades, explica Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).

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“Las familias mexicanas se las están viendo negras porque, a diferencia de Estados Unidos, aquí no hay una política de reactivación económica, donde el gobierno brinde apoyos a los desempleados”, opina en entrevista.

Esta semana, la Secretaría de Economía dio a conocer que alista un cupo para importaciones de pollo por 30 mil toneladas, mismo que está en proceso de revisión en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).

Es necesario ofrecer a la industria alimentaria nacional acceso a las mejores oportunidades disponibles en los mercados internacionales a fin de abatir los costos y, con ello, propiciar su competitividad y mejores precios al consumidor final, expone la dependencia que es encabezada por Tatiana Clouthier.

Mal clima

El pollo también ha subido por la sequía en algunas partes de México, como Sinaloa y Tamaulipas, lo que propicia una menor oferta de producto a los canales comerciales. Brasil también ha tenido que recortar su producción por condiciones climáticas adversas, mientras la demanda de China se incrementa, explica Anaya.

“El costo para engordar pollos también ha aumentado en el mercado nacional. El precio del maíz repuntó 60% en mayo con relación al mismo mes de 2020, mientras la pasta de soya subió 30%. Recordemos que el alimento representa 70% del costo total del pollo”, añade.

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Una buena parte del maíz que México utiliza para alimentar al ganado viene de Estados Unidos, donde las lluvias son limitadas para Dakota del Norte y estados aledaños, cubriendo una buena parte del norte y oeste del cinturón de maíz, con temperaturas que alcanzan hasta los 42 grados centígrados en algunas zonas.

Esto ha generado una pérdida adicional de humedad en el suelo y extiende un patrón similar en los pronósticos de los próximos días. La amenaza contra el nuevo cultivo está surtiendo un efecto en las cotizaciones del maíz, señala un reciente reporte elaborado por GCMA.

El clima seco y cálido sobre el medio oeste de Estados Unidos también ha tenido un efecto en el precio de la pasta de soya, al mismo tiempo que Brasil incrementa sus ventas a China.

Otras proteínas

A sus 31 años y, tras permanecer en confinamiento por más de un año debido a la pandemia, Luis Moreno regresó al gimnasio y a la dieta el mes pasado, pero ha dejado de consumir pollo y en su lugar optó por la carne roja.

“Quitando el hueso y el pellejo, la pechuga de pollo me cuesta casi lo mismo que el bistec de res. Además, la carne roja tiene más proteína y me ayuda a ganar más masa muscular”, dice.

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No obstante, la carne de res también se encareció de manera importante en los últimos meses, debido a que el incremento de precios en la Unión Americana incide en el mercado interno, explica el directivo de GCMA.

En promedio, la carne de bovino subió 9% en mayo con respecto al mismo mes de 2020. Se trata de su mayor alza desde diciembre de 2015, cuando aumentó en la misma magnitud, de acuerdo con el Inegi.

El instituto detectó alzas en las 32 entidades del país. Sinaloa y Jalisco encabezaron la lista, donde la carne de vacuno se elevó 13%. Le siguieron el Estado de México, con un aumento de 12%; Chihuahua, con 11%, y Baja California, también con 11%.

Por ejemplo, en Culiacán, capital de Sinaloa, el bistec de pulpa a granel pasó de 144 a 168 pesos el kilo, 24 pesos más caro que hace un año. En Guadalajara, Jalisco, el mismo producto se encareció de 156 a 168 pesos.

En Monterrey, ese tipo de bistec subió de 96 a 119 pesos por kilo. En cambio, la Ciudad de México mostró un precio estable del alimento en 171 pesos, tras costar 169 en mayo del año pasado, indican los registros del Inegi.

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México demandó 1.9 millones de toneladas de carne de res y compró 135 mil toneladas del extranjero en 2020, indican cifras recabadas por Comecarne.

El país produjo 2.1 millones y una parte se exportó a otras latitudes, siendo Veracruz, Jalisco y San Luis Potosí los tres principales generadores de res, por concentrar 31% de la producción nacional durante 2020.

La carne de cerdo tampoco ha sido ajena a los vaivenes del mercado, e incluso se encareció más que la de vacuno.

Los registros del Inegi revelan que, en promedio, la carne de porcino aumentó 14% en mayo con respecto al mismo mes de 2020 y significó la mayor subida en más de seis años, desde enero de 2015, cuando se incrementó con igual fuerza.

La carne de puerco subió en todo el país, pero sobre todo en Colima, donde se disparó 35%. Continuaron Aguascalientes, Campeche y Yucatán, con alzas de 23% en cada estado.

Por ejemplo, el lomo de cerdo a granel repuntó de 62 a 113 pesos por kilo en la capital de Colima, en tanto, la misma presentación incrementó de 82 a 92 pesos en Mérida, Yucatán.

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El año pasado, México requirió 2 millones de toneladas de carne de porcino y fue el octavo mayor consumidor del mundo. De este total, el país produjo 1.5 millones y el resto provino del extranjero, muestran datos de Comecarne.

Jalisco, Sonora y Puebla fueron los tres principales generadores de cerdo en México, por concentrar más de la mitad de la producción nacional.

Durante 2020, el mundo consumió 254 millones de toneladas de carne de pollo, res y cerdo, tras requerir 258 millones en 2019 y 264 millones en 2018.

Se trata del segundo año consecutivo en que disminuye la demanda de estos alimentos.