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Los precios del combustible de aviación que comercializa Pemex subieron 19.3% en julio frente a un mes antes, indican cifras de la petrolera.
La turbosina se vendió en 13.74 pesos por litro en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), mientras en junio costaba 11.52.
Pemex comercializa este combustible para la aviación a través de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), del gobierno, que a pesar de la apertura del sector tiene el monopolio en la venta del petrolífero.
Para la aviación, el costo del combustible representa entre 25% y 35% de sus costos totales de operación.
Este incremento obedece a dos principales razones. La primera es el incremento en la demanda por las vacaciones de verano y en segundo lugar, el aumento paulatino de los petroprecios a escala global.
Tan solo la mezcla mexicana de exportación en promedio ganó de junio a julio 10 dólares en su cotización al situarse en 76.53 dólares por barril al cierre del mes pasado.
La turbosina es el combustible que más ha elevado su precio si se compara con las gasolinas automotrices, el combustóleo para la generación eléctrica y el gas licuado.
Sin embargo, una característica del mercado de la turbosina es que no hay competencia a pesar de la apertura que se promovió con la reforma energética del sexenio pasado, ya que sólo hay un proveedor de este insumo para la aviación en México.
En abril de 2022, la Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) publicó un extracto del dictamen preliminar del expediente IEBC-002- 2019 en el que concluyó, preliminarmente, que no existen condiciones de competencia efectiva en diversos eslabones del negocio de la turbosina.
El regulador detectó la probable existencia de barreras que impiden la entrada y el crecimiento de los participantes en este mercado en la comercialización primaria; el almacenamiento externo, la comercialización secundaria; el almacenamiento interno y el expendio.