En el último año, el fenómeno blockchain ha sido impulsado por una mayor conciencia sobre las criptomonedas y sus usos y beneficios potenciales, así como una mayor regulación, como la ley fintech en México.

Pero, ¿qué tiene que ver esto de las criptomonedas y la tecnología blockchain con la industria automotriz?, ¿será que ya se pueden comprar automóviles con bitcoins? Quizás esta posibilidad se dé en un futuro cercano, pero de momento son otros los beneficios que blockchain puede brindar.

El blockchain, de manera muy sencilla, no es otra cosa que un gran libro mayor de contabilidad, donde se registran transacciones de distintas índoles, pero con una característica particular: la información se comparte de forma encriptada entre una gran cantidad de usuarios que participan dentro de una red, de tal manera que cada uno guarda una copia de dichas transacciones.

Pensemos ahora en la industria automotriz y en su enorme y compleja cadena de valor. El coche típico tendrá alrededor de 30 mil partes, la gran mayoría de ellas formando a su vez parte de cientos de subcomponentes y componentes, fabricados y ensamblados en distintas partes del mundo, dentro de un ecosistema del cual forman parte fabricantes de autopartes, pero también las armadoras, los concesionarios, organismos gubernamentales, bancos, aseguradoras, refaccionarias, talleres de servicio, etcétera.

Imaginemos lo que sucede, por ejemplo, cuando se notifica un recall o llamado a revisión de un lote de automóviles por un problema determinado. La compleja realidad del sector hace que conocer de manera precisa el número de unidades afectadas sea muy complicado.

En el mejor de los casos, se hace una estimación con base en las fechas de producción, y si el cliente es lo suficientemente proactivo, se acercará a un concesionario para que éste verifique si su coche está afectado o no. Sin embargo, posiblemente muchos clientes estarán circulando por las calles o carreteras sin percatarse que su auto tenga un defecto de fábrica.

Recientemente, un grupo de empresas establecidas en el sector y start-ups bajo una iniciativa llamada MOBI (Mobility Open Blockchain Initiative) —que representan 70% de la producción global de vehículos— se ha puesto a trabajar en el uso de blockchain. De la misma forma que se hace con las criptomonedas, el propósito es poder guardar todas las transacciones realizadas en la vida de un vehículo dentro de un blockchain y así tener una trazabilidad precisa de todos los componentes de un coche para poder responder rápidamente ante un eventual recall.

Sin embargo, esto va más allá. Con el incremento de la conectividad del auto y la llegada del coche autónomo, las posibilidades pueden ser infinitas. Un auto conectado podrá informar en tiempo real que tiene un problema relacionado con un llamado a revisión y le solicitará que lo lleve a su concesionario más cercano (o irá por su cuenta si es autónomo).

Al llegar a la agencia y ser solucionado el problema, en forma automática se actualizará el blockchain y tanto organismos gubernamentales como aseguradoras y otros actores interesados serán notificados del arreglo del defecto.

La iniciativa MOBI prevé que la tecnología blockchain nos lleve a ver al coche no sólo como una herramienta de movilidad sino también como un medio de pago (car-as-wallet). Esto significa que un gran número de micropagos podrían llevarse a cabo en forma automática mientras usted conduce, desde pago de peajes, recarga de baterías, pago de estacionamientos, hasta el acceso a seguros donde sólo paga cuando el vehículo está en uso, entre otros muchos servicios más.

Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School

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