Pese al repunte que tuvo en general el empleo formal en el primer semestre del año, las plazas laborales ocupadas por mujeres en cuatro estados del país todavía están debajo de los niveles que tenían antes de la crisis sanitaria, de acuerdo con estadísticas del IMSS.
Ciudad de México, Guerrero, Sinaloa y Veracruz concentran casi una cuarta parte (24%) de las plazas ocupadas por mujeres adscritas al instituto, con un millón 984 mil al cierre del primer semestre de este año. Ese dato es menor en 25 mil 446 puestos o 1.3% que los 2 millones 9.5 mil observados en febrero de 2020, antes de la crisis sanitaria.
“En términos generales, con la pandemia muchas mujeres tuvieron la necesidad de salir del mercado laboral debido a que había que cuidar a hijos, personas vulnerables o enfermas. Tradicionalmente, en nuestro país es una tarea que asume la mano de obra femenina, por lo que le ha sido difícil a las mujeres reincorporarse al mercado laboral”, explicó Guillermina Rodríguez, subdirectora de Estudios Económicos de CitiBanamex.
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Entre dichas entidades destaca el caso de la Ciudad de México, que por sí sola concentra 17.9% del empleo femenino del país, con un millón 418.4 mil plazas formales al cierre del mes pasado, un rezago de 15 mil 851 puestos (1.1%) para alcanzar el nivel de un millón 434.2 mil reportado en febrero de 2020.
“La Ciudad de México se caracteriza por ser la localidad donde ha sido más lenta la recuperación del empleo femenino, porque muchas empresas se han tardado en implementar políticas de trabajo flexibles”, comentó Ivonne Vargas, consejera para Latinoamérica de The Workforce Institute.
“La recuperación tarda no sólo porque se retrasa la generación de puestos, sino porque muchas mujeres han optado por no seguir buscando trabajo ante una política inflexible”, agregó.
También hay un tema relacionado con los cambios en materia de subcontratación que afectaron al empleo femenino, en particular en la capital del país, donde los servicios siguen muy rezagados, destacó Rodríguez.
“Buena parte de dicho rezago se explica por el cambio que hubo en la ley del outsourcing, donde se movió a la población que estaba en servicios hacia sectores donde realmente pertenecían; esto generó una caída en el empleo de servicios”, agregó.
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Panorama retador
Las otras entidades donde todavía no se recupera el empleo femenino son Sinaloa, con un déficit laboral de 4 mil 611 plazas (2.0%), para regresar a los niveles prepandemia, y le siguen en orden de importancia Veracruz, con 4 mil 184 puestos (1.5%), y Guerrero, con un faltante de 800 empleos (1.3%).
La violencia doméstica, así como la violencia en general y el acoso por razón de género relacionados con el trabajo tienen un índice alto en entidades como Veracruz y Guerrero, lo que pudo empeorar con la pandemia, estimó Ivonne Vargas.
“Este ‘sencillo’ hecho de recriminar a la mujer que quiera trabajar, cuando su labor tendría que ser ‘atender cosas de casa’, terminan socavando la capacidad de las mujeres para participar en el empleo remunerado. Son mujeres que tienen temor de buscar su independencia económica”, destacó la analista.
En Sinaloa destaca el caso de los empleos temporales para mujeres, pues al término del mes pasado sumaban 23 mil 810 plazas, lo que representa un rezago de 17 mil 666 puestos (42.6%) respecto a los existentes antes de la crisis sanitaria, de los cuales 15 mil 845 eran trabajadoras eventuales en el campo.
Es probable que muchas trabajadoras agrícolas que laboraban de manera formal adscritas al IMSS perdieran esa condición con la crisis y ahora están empleadas en la informalidad.
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