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¿El dinero cambia a la gente?

Los mexicanos que sufren estrés y ansiedad asociados con la gestión del dinero pueden tener trastornos graves

Ilustración: Daniel Razo
23/06/2024 |05:10
David Ramos
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Las que tomamos a diario pueden repercutir en nuestra salud física y mental, ocasionando estrés crónico, advierte la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef).

La administración de las finanzas personales es un tema difícil para las personas. De acuerdo con datos que recoge Stori del Reporte Bienestar Financiero 2023 Invested, 57.3% de la población mexicana afirma sufrir estrés y ansiedad asociados con la gestión del dinero.

La revista Proteja su dinero señala que ese estrés puede derivar en como la crometofobia, la dismorfia del dinero o la crematomanía, es decir, la adicción al dinero.

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¿Finanzas impasibles?

La administración de las finanzas es un tema que se le dificulta a muchas personas, y no sólo por una mala administración, sino porque existen causas particulares que influyen en la forma en que se maneja el dinero, explica la Condusef: “Estos trastornos financieros pueden provocar ansiedad, insomnio, pensamientos negativos e intrusivos, presión en el pecho, dificultad para respirar, pánico, náuseas y una disminución en la calidad de vida”, detalla la revista de la comisión.

Entre los trastornos que menciona el documento específica la crometofobia, la crematomanía y la dismorfía del dinero.

La crometofobia es un trastorno que se refiere al miedo extremo o pánico irracional a gastar dinero, en el que la persona experimenta varios niveles de incomodidad o ansiedad cuando proyecta realizar un gasto.

Es tal su aversión al desembolso de dinero que, de acuerdo con la publicación Proteja su dinero, la persona opta por dejar de consumir ciertos servicios o necesidades básicas como ir a alguna consulta o comprar comida nutritiva, mantenimientos de la casa y aislarse socialmente.

La revista de la Condusef indica que este trastorno puede tratarse con psicoterapia, además de tener autocompasión, paciencia y adoptar consejos financieros que le prevengan de gastos excesivos o deudas, como es el realizar un presupuesto.

Otra alteración cognitiva tiene que ver con la crematomanía, aunque no es reconocida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés).

Este trastorno aborda la adicción al dinero o acumulación de bienes y algunos de los síntomas que enumera la publicación de la comisión son que las personas piensan en dinero mucho tiempo, creen que este da la felicidad plena, no disfrutan sus logros profesionales y suelen aprobar o desaprobar a las personas según su economía.

En este caso, la revista sugiere solicitar apoyo profesional que permita a la persona comprender que las personas no se miden por su riqueza: “También plantearse metas financieras realistas y alcanzables ayuda a evitar compararse con otros”.

Una alteración más de la cognición abordada por la Condusef es la dismorfia del dinero, que se caracteriza por tener una visión distorsionada o alterada de la economía personal que hace a la persona percibir contar con más dinero del que realmente tiene, lo que conlleva a tomar decisiones financieras que sobrepasan sus ingresos.

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Cultura del consumo

Generalmente este trastorno se presenta en personas que cuentan con un buen poder adquisitivo y jóvenes de la generación millennial y “Z”, señala la publicación.

Asimismo, indica que se presenta en personas adineradas, pues se encuentran presionadas por mantener el mismo nivel de ingresos, además de creer que nunca es suficiente.

La Condusef considera que una de las causas es la cultura de consumo que es explotada en redes sociales, pues los jóvenes buscan alcanzar estilos de vida de los “ricos” y ser como los influencers provocando compras excesivas sin planificación a meses sin intereses y con altos niveles de endeudamiento.

En estos casos, además de buscar asesoría con un planificador financiero, se recomienda basar las decisiones financieras en la elaboración de un presupuesto para llevar unas finanzas más sanas.

Pueden “tomar cursos de finanzas personales de forma constante, ya que las personas con dismorfia del dinero pueden volver a caer”, advierte la comisión.

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