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La complejidad orográfica del territorio mexicano, que lleva a que existan comunidades muy alejadas de las zonas urbanas, ha sido la principal justificación de las grandes instituciones financieras para no llevar sus servicios a poblaciones rurales, ya que no están dispuestas a invertir en la generación de infraestructura para llegar a un mercado que no consideran redituable.
Pese a la adversidad, han surgido iniciativas para llevar dichos servicios a zonas aisladas y que se han concretado en la creación de cajas populares y cooperativas que han sentado las bases para sacar de la exclusión financiera a millones de mexicanos, pero que aún enfrentan el reto de seguir promoviendo estos servicios, sobre todo ante segmentos muy específicos de la población, con necesidades y adversidades con características propias.
Tal es el caso de los pequeños productores agropecuarios, es decir, aquellos con menos de 5 hectáreas para su actividad, donde 40% tiene más de 70 años y, y pese a tener necesidades de crédito y ahorro para mantener su producción, por su misma edad no sólo tienen renuencia a acercarse a instituciones que les parecen lejanas a su entorno, sino además a la principal herramienta con la que cuentan los intermediarios financieros para proveerles servicios: la tecnología.
"La digitalización es una vía más para fomentar la inclusión financiera, pero el esfuerzo debe ser de manera coordinada entre la implementación de infraestructura que permita usar el internet; una capacitación para el usuario final y un intermediario financiero para proveer los servicios", afirma Enrique Peñaranda, director de Agro y Digitalización de Sparkassenstiftung für Internationale Kooperation (Fundación de las Cajas de Ahorro de Alemania para la Cooperación Internacional).
"Son varios actores que tienen que coordinarse y actuar de manera decidida para poder implementar los servicios en zonas rurales, sobre todo en segmentos específicos como los pequeños productores agropecuarios", agregó.
De acuerdo con el experto, este mercado se enfrente a tres problemáticas tangibles:
1. Falta de educación financiera: aunque los productores han manifestado que tienen mucha necesidad de crédito, ahorro y seguros, la mayoría desconoce que existen productos financieros accesibles que pueden ayudarlos. Además, existe una desconfianza hacia los intermediarios financieros.
2. Cajas y cooperativas enfocadas a este sector: los intermediarios financieros mantienen una baja digitalización en sus procesos; un desconocimiento práctico del sector agropecuario y la problemática para encontrar a recursos humanos especializados para atender a los pequeños productos agropecuarios.
3. Poco acceso a información relativa al sector: los pequeños productores agropecuarios carecen de acceso a información sobre las variables que pueden impactar directamente en su producción, como son la asignación de precios; oferta y demanda de sus productos, y elementos que permitan tomar las mejores decisiones al momento de decidir la plantación, como pueden ser el tipo de terreno o clima.
Ante ello, los intermediarios financieros están obligados a realizar, en una primera etapa, una labor de convencimiento entre los potenciales usuarios sobre los beneficios de servicios; lograr una afiliación a una cooperativa o una caja, en un segundo paso, para finalmente promover el uso responsable de dichos servicios, para evitar sobreendeudamiento.
Para Peñaranda una de las herramientas que podría aprovecharse para promover los servicios financieros entre los pequeños productores agropecuarios son los teléfonos inteligentes, cuya penetración ha ido creciendo de forma constante entre la población rural.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) de 2018, pero publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) este año, 69.6 millones de mexicanos ya cuentan con smartphone, y la penetración del internet entre la población rural ya beneficia a 40.6% de ésta.
Aunque el porcentaje sigue siendo bajo en comparación con zonas urbanas (73.1%), el incremento en la cobertura de internet en zonas rurales tiene un crecimiento significativo año con año, ya que en 2017 era de 39.2%.
IMPULSAN TECNOLOGÍA
Con el objetivo de aprovechar las tecnología digitales para promover el uso de servicios financieros entre los pequeños productos agropecuarios, la Sparkassenstiftung für Internationale Kooperation, en alianza con la Ibero Puebla, realizarán el HackaFest, una iniciativa donde participarán 70 equipos cuidadosamente seleccionados y que tienen como objetivo crear prototipos digitales en beneficio de este segmento de la población.
La meta es que, a través de software, en formato de plataformas, apps, o herramientas de operación interna para intermediarios financieros o de relacionamiento con socios, se pueda utilizar la tecnología para resolver las necesidades de este mercado.
El evento se realizará el 8, 9 y 10 de octubre, en las instalaciones de la universidad, y la convocatoria se hizo entre programadores, profesionales en temas agrícolas, así como cooperativas y cajas populares.
"La idea de largo plazo es presentar estas ideas a los miembros de la Confederación de Cooperativas de Ahorro y Préstamo de México (Concamex) y ver si se confirman el interés por contar con estas herramientas. Nos encantaría desarrollar estas herramientas y aplicarlas el próximo año en las instituciones que estén interesadas", señaló Peñaranda.
El proyecto que logre el primer lugar será presentado en Alemania, en el Symbioticon 2019, donde participarán 250 proyectos más.