Las mujeres mexicanas prevalecen como uno de los sectores con menor acceso a productos financieros. De acuerdo con Banco Azteca, apenas 33% de mujeres adultas en el país tiene una cuenta de ahorro y 66% carece de elementos básicos de educación financiera .
En el entorno actual de recuperación económica , después del golpe de la pandemia de Covid-19, las mujeres buscan opciones financieras para mantener o echar andar negocios, así como productos básicos que les abran camino a la inclusión financiera en México, explicó.
De acuerdo con Laura Rubio Suástegui, directora de captación y tarjetas de Banco Azteca, no solo se trata de poner los servicios bancarios a su alcance, sino de promoverlos antela mujer que, independientemente de su actividad, está deseosa de crecer y conseguir nuevos objetivos.
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La directiva resaltó que en mayo pasado, en conjunto con Visa, lanzaron al mercado mexicano la cuenta Somos, que tiene más de 100 mil clientas y ha brindado más de mil 300 asistencias médicas, legales, psicológicas y educativas, que son algunos de los beneficios de los que tienen las cuentahabientes.
La directora expuso que ya se ha logrado la meta de colocación planteada para 2021 y que con ello se está logrando una mayor inclusión financiera de las mujeres, toda vez que en muchos casos es la primera vez que tienen una cuenta o es su primer acercamiento con una institución financiera.
Por su parte, Luz Adriana Martínez, directora general de Visa México, mencionó que los retos para una mayor inclusión financiera siguen siendo las barreras de acceso y una oferta limitada de productos.
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"Las diferencias estructurales en el mercado laboral y los distintos roles sociales generan una falta o disminución de autonomía y de confianza de las mujeres. Asimismo, los bajos niveles de conocimiento financiero, el acceso desigual y los estereotipos culturales, ponen en evidencia la necesidad de generar estrategias integrales y productos financieros enfocados en género", comentó.
En ese sentido, resaltó que para las mujeres que se enfrentan a barreras como acceso al crédito, los pagos digitales tienen el poder de abrirles la puerta a servicios financieros, capital, recursos, redes, conocimientos financieros y tecnologías innovadoras.
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