Debido a la reducción de exportaciones orquestada por el gobierno federal, México pasó de ser el segundo proveedor de crudo de Estados Unidos al quinto, de acuerdo con información de la Agencia de Información de Energía de ese país (EIA, por sus siglas en inglés).
Arabia Saudita, Brasil y Ecuador fueron las naciones que aprovecharon esa situación y vendieron más petróleo a la Unión Americana.
En la semana que terminó el 5 de abril, México exportó 209 mil barriles diarios de crudo en promedio, menos que los 231 mil de Ecuador; 257 mil de Brasil y 531 mil de Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos en el Medio Oriente.
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La disminución es drástica si se considera que, pese a que ya mostraban una tendencia a la baja, en marzo los envíos de crudo mexicano a Estados Unidos promediaron 361 mil barriles al día, ubicando al país como su segundo proveedor de crudo, sólo después de Canadá, que en ese mes le vendió 3 millones 680 mil barriles diarios.
La contracción en las ventas de petróleo a EU obedece a que Petróleos Mexicanos (Pemex) está reduciendo ese volumen debido a que destinará más crudo al Sistema Nacional de Refinación (SNR), incluyendo a la refinería Olmeca, que se construye en Dos Bocas, Tabasco, y debe entrar en operación este mes, según el propio gobierno.
“Va a irse ajustando o recortando [la exportación] en la medida que tengamos toda la capacidad para refinar la materia prima, el petróleo crudo en el país, cuando entre a operar por completo, porque ya hay plantas que están operando. Ya en abril se empieza a producir diesel en Dos Bocas, pero en mayo, junio, estará a toda su capacidad”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa del pasado 4 de abril.
Menores ingresos
Considerando la apuesta del gobierno federal, expertos señalan que va a generar que Pemex Exploración y Producción (PEP) tenga menos ingresos y, por lo tanto, menos recursos fluirán al erario para salud, educación, transporte, seguridad y otros rubros.
En tanto, esos barriles de petróleo van a enviarse al SNR, el cual tiene 22 años consecutivos con pérdidas netas, desde que hay registro, por alrededor de 3 billones de pesos. De hecho, las perspectivas de Pemex sobre los ingresos que va a aportar a la Federación este y el próximo año van en descenso.
Las estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), expresadas en los Precriterios Generales de Política Económica, señalan que este año las arcas públicas recibirán 7 billones 443 mil 131 millones de pesos por concepto de ingresos, y de ese total corresponden al petróleo un billón 103 mil 49 millones de pesos por derechos de extracción y utilidad compartida, es decir, una aportación de 14.8%.
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Para 2025, primer año de la nueva administración, la dependencia encargada de las finanzas públicas estima ingresos totales por 7 billones 773 mil 762 millones de pesos, pero los generados por la actividad petrolera se estiman en 990 mil 371 millones, reduciendo su aportación a 12.7%.
En 2021 ese porcentaje se ubicó en 22%, pero en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa o a inicios de la administración de Enrique Peña Nieto la contribución del petróleo a las finanzas públicas se ubicó hasta en 40%.
Eficiencia, clave
Fluvio Ruiz Alarcón, exconsejero independiente de Pemex, comentó que la estrategia puede ser provechosa si el SNR es eficiente.
“Tienes que mejorar consistentemente las refinerías, porque fueron diseñadas para procesar petróleo ligero. Incluso, puedes pensar en importar petróleo ligero para su dieta y que el sistema sea más eficiente”, señaló.
“Por otro lado, hay que señalar que los Precriterios de Hacienda tienen cifras muy optimistas, aunque lo que se tiene que hacer es eso, dejar de exportar para procesar en las seis refinerías [que ya operan], y próximamente en la refinería Olmeca y en las dos coquizadoras de Tula y Salina Cruz, por el escenario que ya se gestó”, apuntó.
La refinería de Dos Bocas es una de las obras prioritarias del gobierno federal y, pese a que se retrasó, fue inaugurada en julio de 2022 y representa para esta administración dar pasos hacia el cumplimiento de su objetivo de dejar de importar gasolinas y diesel.
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A pesar de las aportaciones de capital de inversión para la refinería, la petrolera reporta un pasivo total por 106 mil millones de dólares, aunque ha reducido en 16% esa deuda respecto a 2018.
Pero a las presiones financieras se suman los crecientes juicios laborales presentados por sus trabajadores por riesgos de seguridad y salud y una mayor cantidad de tomas clandestinas, entre otros.