Los economistas han tenido una importante labor como transformadores del país, destacó el gobernador del Banco de México (Banxico ), Alejandro Díaz de León.
Hemos tenido de los economistas nacionales más destacados sobre todo durante el Siglo XX, que por las necesidades apremiantes de la construcción del país, mostraron gran versatilidad intelectual y sentido práctico, señaló.
“Eran individuos que a menudo simultáneamente analizaban complejos problemas teóricos, tomaban decisiones de políticas públicas, fundaban nuevas instituciones y formaban cuadros de funcionarios y académicos”, refirió.
Como ejemplo mencionó a Víctor L. Urquidi , quien se distinguió como parte de esta estirpe de economistas de múltiples vocaciones e infatigable actividad.
Enfatizó que tuvo una postura visionaria en política monetaria, gracias a su prudencia y pragmatismo.
Durante la conmemoración de los 100 años del nacimiento de Urquidi en el Colegio de México , recordó que el destacado economista tuvo su primera oportunidad laboral en Banxico, cuando lo presidía Luis Montes de Oca, que estaba por próximo a terminar su ciclo en la institución.
Sin embargo, el talento de Urquidi fue apreciado por el director entrante del banco central, Eduardo Villaseñor, afirmó.
Con Villaseñor y Daniel Cosío Villegas, quien fue su jefe directo en el departamento de Estudios Económicos, estableció una cercana relación profesional e intelectual, comentó.
Díaz de León manifestó que actualmente están vigentes de los límites y capacidades de la política monetaria que consideraba Urquidi.
“En una época en que varios países se tenía la creencia de la posibilidad de impulsar el crecimiento mediante metas expansiones monetarias, Urquidi afirmaba: Cabe subrayar las limitaciones severas del arma puramente monetaria, limitaciones que la experiencia confirma, pues mediante expansión o contracción del volumen de dinero, no se ha logrado hasta ahora, eliminar las fluctuaciones cíclicas con su causa de desocupación alternando con inflación”, señaló.
Afirmó que muchos de los perjuicios económicos y sociales que se padecieron en décadas, hubieran podido evitarse si se hubieran seguido las atinadas advertencias de Urquidi.
afcl