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El Banco de México (Banxico) ubicó a la volatilidad por el proceso electoral que podría presentarse antes o después del día de las elecciones —independientemente de quién gane— como un elemento de riesgo para la inflación.
Así lo expresaron los cinco miembros de la Junta de Gobierno durante la primera reunión de política monetaria del año, según la Minuta número 57 de la política monetaria del 8 de febrero de 2018, en la cual se decidió por unanimidad subir la tasa de referencia a 7.50%, es decir, 25 puntos base.
Durante la reunión a la que asistieron el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, y el subsecretario del ramo, Miguel Messmacher, quienes tienen voz pero no voto, se puso de relieve que si bien en 2017 las autoridades fiscales lograron las metas anunciadas, se requerirá un esfuerzo adicional en este año para cumplir con lo aprobado por el Congreso de la Unión.
Un miembro de la Junta de Gobierno apuntó que se requerirá continuar con un manejo responsable de las finanzas públicas a través de un mayor esfuerzo por parte del gobierno en la contención del gasto, así como fortalecer los mecanismos de recaudación tributaria.
Más apretones. Respecto del balance de riesgos para la inflación, la mayoría coincidió en que se mantiene un sesgo al alza asociado a diversos riesgos, en un entorno con un alto grado de incertidumbre.
Algunos miembros consideraron que los datos observados de inflación muestran un punto de inflexión, y uno enfatizó que eso son buenas noticias, pues parece haber revertido su tendencia al alza.
La mayoría enfatizó la dificultad para alcanzar la convergencia de la inflación a la meta de 3% hacia finales de 2018, e incluso uno mencionó que al considerar escenarios en los cuales se materialicen algunos riesgos de depreciación y volatilidad asociados al proceso electoral, la convergencia a la meta podría retrasarse hasta el segundo semestre de 2019. Esto fue interpretado por analistas como una preocupación que ameritará más apretones monetarios hacia delante.
Banorte-Ixe dijo que de la minuta se percibió un mensaje orientado a continuar subiendo tasas, lo que apoya su expectativa de política monetaria en la primera mitad del año, con un aumento 25 puntos base en abril y otro en junio.
Volatilidad. Cuatro de los cinco miembros de la Junta de Gobierno puntualizaron que entre los factores de riesgo existe la posibilidad de que se observen episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales, así como volatilidad en los nacionales asociada a lo electoral.
Al respecto, uno apuntó que dicha volatilidad quizá podría presentarse antes o inmediatamente después de las elecciones, independientemente del resultado.
Tres de los integrantes sostuvieron que los temores de un resultado adverso de las negociaciones del TLCAN se han atenuado, aunque no han desaparecido, mientras que ha aumentado la probabilidad de una negociación prolongada.
Presiones sobre economía. De acuerdo con el relato de la minuta, uno de los miembros notó que la economía mexicana enfrenta diversos factores de incertidumbre que pueden incidir sobre la trayectoria de la demanda interna, y que el complejo panorama para la actividad económica se presenta en un contexto de indicios de desaceleración del consumo privado y de una marcada debilidad en inversión.
Indicó que para los próximos trimestres se anticipa que la actividad económica enfrente presiones en direcciones opuestas, tanto por factores externos, como internos.