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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no contribuyó al crecimiento de la capacidad productiva de la industria, detalló el Centro de Estudios de la Industria de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Reconoció que hay un proceso de desindustrialización en el país e incremento de importaciones, por lo que la manufactura es vulnerable en la renegociación.
“Si bien el país ha sido capaz de insertar productos en el extranjero, en particular en Estados Unidos, el socio comercial más relevante por tamaño y por el superávit que representa, esto no ha sido acompañado de una industrialización consolidada”, explicó.
El gran problema es que en esos más de 23 años del TLCAN se elevó la dependencia de importaciones, lo que se observa en la balanza comercial total del país. Por ello, México debe enfocar su estrategia hacia una visión en la que se alcancen nuevos mercados, con una base industrial sólida que fomente el crecimiento de la manufactura y su competitividad.
“El TLCAN no ha significado un factor relevante para el crecimiento de la capacidad productiva de la industria, aun cuando la apertura comercial ha representado la oportunidad de incrementar las ventas al extranjero, al mismo tiempo el país ha aumentado el consumo de bienes importados: las exportaciones como proporción del PIB representan 28.5%, mientras que las importaciones 33.1%, con datos de 2016”.
Para la Concamin, la desindustrialización en el país avanza, lo que se comprueba porque “la proporción industrial con respecto al PIB cayó de 39% en 1994 a 32% en 2016, mientras que las manufacturas llegaron a representar 19% del PIB en 1999, y para 2016 únicamente correspondía a 16%”.
Lo anterior lleva a la reflexión de que hay mayor demanda de productos del extranjero que inhiben producción nacional.
Mientras la industria aumentó su potencial de producción 1.8% en términos anuales, desde la entrada en vigor del TLCAN, el sector de la electricidad, agua y gas tuvo un crecimiento anual de 4.8%.