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Santa Claus y los Reyes Magos están lejos de moderar o reducir su gasto en esta temporada, pese a factores de incertidumbre nacionales e internacionales como las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump; la depreciación del peso, el aumento de las tasas de interés o cambios en el entorno comercial.
En México, la venta de juguetes genera un mercado de 2 mil 800 millones de dólares y se prevé que este año registré un aumento de 6% durante la temporada de fin de año. De diciembre a enero se venden dos terceras partes del total de los ingresos de esta industria y miles de juguetes forman parte de la ilusión de millones de niños.
“El incremento del mercado también obedece al crecimiento de la población y otro factor que puede explicarse con el tema de precios y el aumento del dólar”, dice María Fonseca, directora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
La especialista considera que los mexicanos no somos inmunes a la influencia del consumismo en esta época ni tampoco a las estrategias “feroces” de instituciones financieras para endeudar a Santa y los Reyes Magos, aunque las tasas de interés aumenten o haya temas como Trump, el dólar y la reforma fiscal en Estados Unidos, que pueden impactar su bolsillo en el mediano plazo.
En las jugueterías hay un ambiente alejado de temas coyunturales. La juguetería más antigua del mundo tiene su origen en Londres, Inglaterra. EL UNIVERSAL visitó una de las sucursales de Hamleys, donde el potencial y crecimiento del sector juguetero a escala global es evidente.
En la sucursal de Londres, los vendedores de la tienda parecen salidos de cuentos, están disfrazados e interactúan con los clientes. Decenas de niños y adultos juegan, ríen y se divierten como parte de la experiencia de comprar y aportan ingresos a un mercado mundial valorado en 88 mil millones de dólares.
En México, la juguetería histórica también abrió hace dos años una tienda en Polanco. El modelo de negocio parece el mismo: divertir y capturar a los clientes con la experiencia.
En esta sucursal de Hamleys, ubicada en el sótano de una plaza comercial de la delegación Miguel Hidalgo, los visitantes son recibidos por peluches de un metro de altura con forma de jirafas, gorilas, leones y elefantes.
Los techos tienen forma de nubes azules con toques blancos. Uno de los muros está decorado en forma de árbol y los animales a su alrededor dan el efecto de una jungla ficticia. Las principales marcas jugueteras se encuentran en este almacén. Mattel, Disney, Play-Doh, Lego, Fisher Price y Distroller, tienen un espacio.
La producción y maquila en México para los grandes jugadores del mercado como Mattel, Hasbro y Lego ha tomado relevancia en los últimos años. Este 2017 se espera que las exportaciones de juguetes fabricados en México alcance 2 mil millones de dólares. Con exportaciones en pleno crecimiento, México se perfila como el tercer exportador de la industria juguetera más importante en el mundo.
La mano de obra barata en el país favorece las inversiones de corporativos, pero también las compañías mexicanas han aumentado sus exportaciones, dice en entrevista Miguel Ángel Martín, presidente la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju).
Hamleys aprovecha su ventaja en el punto de venta y ofrece juguetes de marca propia a los visitantes. Entre su competencia está una empresa mexicana que ha incursionado en el sector juguetero: Distroller. Una de sus demostradoras en la juguetería aparece vestida de enfermera. Su función, además de impulsar las ventas a través de una grata experiencia, es dar “suero” y atender a algunos de los juguetes que llevan los niños, que por alguna razón han estado enfermos.
Otra vendedora de Distroller se encarga de realizar un test interactivo en una pantalla para dar “en adopción” a otros muñecos. “Se vende, pero aquí le llamamos dar en adopción”, explica uno de los empleados de la tienda. Cada muñeco vale entre 500 y 600 pesos.
De acuerdo con la Amiju, en México existen cerca de 200 empresas en el sector juguetero, pero sólo 80 tienen más de 20 empleados y cuentan con un sistema productivo organizado. El resto son talleres, explica el presidente de la asociación.
Pese a la presencia de empresas mexicanas, las multinacionales son las más beneficiadas. Hoy cerca de 65% de los ingresos de la industria juguetera está repartido entre los cuatro y cinco jugadores más grandes del sector que son extranjeros. El resto de las ventas se distribuye en las más de 100 empresas nacionales e internacionales, según datos de Amiju.
Precios
Los consumidores serán recibidos este año con aumentos de precios de entre 8% y 10%, prevé Víctor Loustalot, director de la cadena de tiendas mexicana Juguetrón.
Una de las principales causas del aumento en precios es el incremento del dólar frente al peso, aunque el directivo asegura que las compañías se han esforzado por generar el menor impacto hacia el consumidor y aprovechan economías de escala para asumir el mayor costo posible.
De enero de 2016 a enero de este año, el precio del dólar pasó de 17 a poco más de 20 pesos, un incremento de 17%. El aumento de precios de la industria estaría cerca de 700 puntos base (100 puntos base por cada punto porcentual) por abajo del alza del dólar frente al peso.
TLCAN
Un reto adicional en la industria juguetera es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Riesgos sí los hay, no es para echar en saco roto ni despreciar el tema; sin embargo, lo que puedo compartir es que Estados Unidos en la actualidad no tiene industria juguetera y ésta no se desarrolla en un año, se necesitan de cinco a 10 años”, dice Miguel Ángel Martín.
Explica que EU genera nuevos productos, innovación, desarrolla marcas y concentra una amplia parte de la comercialización o venta de los juguetes, pero no produce: “EU manda a fabricar los productos a diferentes países como China, India o México”.
La desventaja de la estrategia de Donald Trump por intentar llevar las fábricas a territorio estadounidense es que los precios en su mercado pueden duplicarse tan solo por el costo de la mano de obra, que es uno de los principales gastos en la industria.
“Mínimo se van al doble, cualquier juguete que cueste 10 dólares se puede ir a 20 o a 25 dólares, hemos platicado con la industria juguetera de EU y Canadá, hemos llegado a un consenso, hay dos temas que se van a mejorar y no existían en el tratado original, el primero es el comercio electrónico y el otro es revisar las patentes, derechos de uso y de marca”, dice.
La esperanza del sector juguetero mexicano se mantiene en la producción y maquila de juguetes para las grandes empresas.
Bicicletas de moda
En el mercado mexicano, la Asociación Nacional de Fabricantes de Bicicletas (Anafabi) asegura que este año el sector reportará crecimientos porque “la bicicleta está de moda”.
El nuevo estilo de vida de los mexicanos ha dado un impulso al embate de los últimos años en este sector, afectado por la llegada de bicicletas de bajo costo provenientes de zonas como Asia, pero también las ventas de fin de año constituyen un aliciente a las compras.
“La fiestas decembrinas representan una fuerte demanda al sector, consumiendo un porcentaje alto de la venta anual, estimando que tan solo en estas fiestas el consumo de bicicletas es cercano al millón de bicicletas, principalmente en rodadas infantiles y juveniles”, dice César Ramos, presidente de Anafabi.