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De enero a abril de 2019 entraron al país alrededor de 190 millones de prendas vía subvaluación, es decir, con facturas que reportaron precios que ni siquiera cubren el costo de la materia prima.
Entre la mercancía que ingresó con esta modalidad se encontraron principalmente calzones, trajes, conjuntos, camisas, blusas, vestidos, faldas, prendas deportivas, sostenes y ropa de cama.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), Víctor Rayek Mizrahi, explicó que el problema va en aumento a pesar de las acciones que se realizan para frenar el ilícito, ya que cerca de cuatro de cada 10 prendas entran subvaluadas.
“De la mercancía que viene subvaluada, el acumulado a abril de 2019, se tiene que ingresaron 189.4 millones de prendas que vienen por debajo del precio de referencia, esto significa 34% de las importaciones totales de prendas de vestir que no cubren ni los costos mínimos internacionales”, dijo el empresario.
Todas esas prendas que entran al país con un precio menor al real para pagar menos impuestos provienen sobre todo de naciones asiáticas, con las que no se tienen tratados comerciales.
El líder de la Canaive comentó que todo ello “se vende en la formalidad, desafortunadamente lo que dicen las tiendas de autoservicio es que a mí me lo traen con una factura y a eso se me vende, yo lo compro de buena fe y no soy autoridad para revisar”.
Pero la subvaluación solamente es uno de los problemas que enfrenta la industria, ya que también existe informalidad o prácticas ilegales, como el contrabando,
la triangulación, y la reciente entrada en vigor del acuerdo comercial con ciertos países asiáticos, entre otros aspectos.
Estos problemas impactaron en la industria del vestido, la cual registró un decrecimiento de 3% en el primer trimestre de 2019, detalló.
El gobierno federal realiza acciones de combate al contrabando
y a prácticas desleales, “hay buena disposición, pero no hay presupuesto” y la autoridad está en el proceso para adecuar sus acciones a la problemática.
Sufren con TPP-11. Rayek Mizrahi expuso que desde diciembre de 2018 se enfrenta una nueva dificultad, y es que con la entrada en vigor del Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTTPP o TPP-11) se reporta un mayor ingreso de productos asiáticos.
En este megaacuerdo comercial participan Brunéi, Vietnam, Malasia y Singapur, entre otros países.
El problema es que existe una lista de escaso abasto en el TPP-11 y Vietnam puede utilizar materia prima fuera de la región en las prendas de vestir que nos vende, es decir, insumos chinos, dijo el presidente de la Canaive.
Por ejemplo, en el primer trimestre del año subieron las importaciones de prendas de vestir de Vietnam 13.6% si se mide por el valor de las piezas. Pero si se compara con el volumen de la ropa se trata de un aumento de 61.7%, en su mayoría camisas, pantalones, guantes, camisas y blusas.
Un caso que se presentó con la entrada en vigor del TPP-11 fue el incremento en la importación de calzones de origen en Vietnam, que subió de 900 mil prendas a 4 millones 360 mil.
Para Rayek Mizrahi enfrentan “un problema grande, un riesgo de pérdida de empleos, porque la industria del vestido puede competir empresa contra empresa, pero contra un país es complicado, porque Vietnam prácticamente es una economía de Estado, está subsidiada por el gobierno y los sueldos son muchísimo más bajos, no tienen tanta responsabilidad social como nosotros y eso no es una competencia pareja”.
Crecen exportaciones. A pesar de las dificultades, subieron las exportaciones de prendas de vestir de México a otros países, sobre todo a Estados Unidos, porque de enero a abril de 2019 registraron un crecimiento de 4.4% con respecto a 2018, al sumar mil 671 millones de dólares, sobre todo de camisetas, toallas, sábanas, pantalones, camisas y jeans, contra importaciones por mil 457 millones, lo que dejó un superávit para la industria mexicana.
Aún así dijo que hay mucho por hacer porque de acuerdo con los
registros hay aproximadamente 500 mil personas del sector trabajando en la informalidad; entre 300 mil y 400 mil son talleres familiares que laboran en casas, y solamente hay 331 mil 516 empleos formales en el sector.