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Bernardo Sepúlveda Amor, presidente del Consejo de Administración de Altán Redes, asegura que los grandes problemas de inequidad y desigualdad que padece el país habrán de mitigarse y salvarse al utilizar la Red Compartida.
Entre decenas de libros y obras de arte que rodean su departamento en Polanco, el abogado y ex diplomático mexicano comenta —en entrevista con EL UNIVERSAL— que esta revolución en el sector de telecomunicaciones agrega un factor esencial: una mayor competitividad.
Desde un ventanal se puede apreciar el Castillo de Chapultepec que sobrevivió al sismo de septiembre pasado, mes en el que Sepúlveda Amor tomó las riendas de Altán Redes.
“En 11 meses y con un sismo que nos complicó la existencia de manera significativa, se logró alcanzar el compromiso que tenía Altán para cubrir a 30% de la población mexicana”, destaca.
Para el jurista, la Red Compartida es un elemento integrador para la sociedad mexicana en su conjunto, que permite igualdad de oportunidades en materia de conectividad.
“Esto supone hacer más eficiente, más competitivo, con mayor calidad y mejor precio el sistema de telecomunicaciones por internet que habrá de existir en México”, destaca.
La Red Compartida se plasmó en la reforma constitucional de 2013, y fue hasta enero de 2016 que inició el proceso de licitación que culminó en noviembre de ese año, cuando Altán ganó el proceso “en función de una amplia experiencia demostrada”, dice el presidente del consejo del consorcio.
La carrera por el aumento en la cobertura, con gran celeridad para mejorar los servicios de telecomunicaciones actuales y futuros, comenzó en enero de 2017 tras la firma del contrato de Asociación Público-Privada (APP) con el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel), que dirige Fernando Borjón.
“Esta APP ha sido un esquema de colaboración particularmente afortunado en términos económicos y tecnológicos”, indica Sepúlveda Amor.
Al gobierno le corresponde arrendar el espectro de la banda de 700 MHz a Altán Redes por 20 años, el cual es renovable por 20 años más, y el consorcio tiene la obligación de invertir fuertes cantidades de dinero en construir la infraestructura con el fin de desarrollar el proyecto de la Red Compartida, detalla.
“El Promtel ha logrado ser un promotor de inversiones en telecomunicaciones y es el encargado de arrendar a Altán los derechos por el uso del espectro de la banda de 700 MHz, entonces es una asociación donde bajo la regulación del Estado, y conforme a las reglas del juego establecidas en el programa de la licitación misma, Altán invierte recursos financieros, técnicos, humanos y operativos para transformar el espectro otorgado en conectividad de voz y datos que vende de manera exclusiva a otros operadores para beneficio de sus usuarios finales”.
Sobre los socios que conforman el consorcio, menciona que Altán tiene la gran virtud de haber reclutado a asociados interesados en la aportación de capital y de conocimiento técnico, quienes se reúnen mensualmente para conocer los avances del proyecto.
“Todos los integrantes del Consejo de Administración de Altán son instituciones, empresas, entidades que no sólo han decidido aportar montos muy significativos de capital, sino también su propia experiencia en los quehaceres de las telecomunicaciones, apostando por un proyecto en el que tienen fe de que tendrá un gran éxito”.
Sobre la Red, cuya meta es llevar conectividad a 92.2% de la población mexicana para 2024, el directivo comenta que con los financiamientos que obtengan el proceso puede acelerarse, de manera que los hitos anuales se acorten significativamente con los beneficios correspondientes.
Respecto a los precios para los usuarios finales, Sepúlveda Amor afirma que serán más bajos frente a la oferta actual de telefonía e internet móviles que hay en el país.
Visión regional
México es el primer país que cuenta con un sistema como la Red Compartida, sirviendo de ejemplo y modelo para otras naciones, pudiendo ser la pauta para crear una red de telecomunicaciones regional.
“Yo lo propondría como una cuestión prioritaria en los programas de integración regional de América Latina. Para esos efectos debe tomar uno en consideración un dato importante: cada uno de los países que participe en un proyecto de esta naturaleza debe establecer su propia infraestructura de telecomunicaciones a la manera de lo que está haciendo Altán Red Compartida”.
Cada país iniciaría sus propios procesos licitatorios para desarrollar la infraestructura, explica.
“Pero el siguiente paso necesariamente tendría que ser la interconexión de todos estos esquemas de infraestructura, de suerte tal que la totalidad de la región latinoamericana quede interconectada con este programa de telecomunicaciones”.
Sepúlveda Amor propone que en la Cumbre de las Américas, que se celebrará en abril próximo, y en la Cumbre Iberoamericana, los jefes de Estado incluyan en la agenda un mecanismo regional de telecomunicaciones a partir de la instalación de una Red Compartida como el proyecto más ambicioso e integrador de la región.
“Sería un instrumento formidable para propósitos del desarrollo económico, cultural y educativo de los países de América Latina, es decir, es un mecanismo transformador que permite que las poblaciones de México y de los distintos países que se inserten en este proyecto ingresen a la cultura del conocimiento, que esa es la gran revolución que se está produciendo en el ámbito mundial”.
Además, situaría a México y a la región en una posición de ventaja en la medida en que se alcancen altos índices de conectividad.
Piensa en 5G
Este miércoles comenzó operaciones la red con tecnología 4.5G. Sin embargo, Sepúlveda Amor adelanta que se están preparando para que “en un lapso relativamente breve” el consorcio incorpore la tecnología 5G.
“Probablemente en un par de años se pueda hacer realidad esta incorporación a la 5G, lo cual implica alcanzar la posibilidad del Internet de las Cosas, la posibilidad de coches autónomos, la existencia de ciudades inteligentes, servicios de telemedicina”, enumera el presidente del Consejo de Administración de Altán Redes.
Mientras tanto, la Red Compartida abarcará regiones que hoy carecen de conectividad, a un costo muy competitivo, y también ofrecerá servicios de seguridad pública utilizando la vigilancia remota.
“Por ejemplo, hoy 65% de los usuarios móviles están conectados a través de una red 2G y esa red 2G se limita a los servicios de voz. En el caso de Red Compartida, el proyecto es mucho más ambicioso porque se alcanzará una conectividad de voz y de datos, lo cual significa una ampliación formidable”.
De acuerdo con Sepúlveda Amor, la Red Compartida tendrá un alcance exterior e interior.
“En aquellas circunstancias en que vive uno principalmente en zonas de edificios interiores, por ejemplo, oficinas interiores, la red tendrá capacidad para penetrar aun en aquellas circunstancias en que haya muros importantes, muros gruesos”, detalla.
El ex diplomático se sumó a este proyecto porque le pareció atractivo que generará empleos directos e indirectos como consecuencia de la construcción de la infraestructura.
“De las torres que se vayan a ir instalando en el territorio nacional, es el equivalente a la construcción de grandes supercarreteras, pero en este caso supercarreteras que están vinculadas a la capacidad de comunicación entre personas con un servicio muy avanzado”.
Menores precios y mayor velocidad de internet será lo que pondrá la red a disposición de más de 30 mil escuelas ubicadas en la zona del primer hito; 200 municipios y 9 millones de hogares podrán conectarse a internet, puntualiza.
El directivo está convencido de que la Red Compartida “habrá de beneficiar a individuos y a comunidades enteras de la nación mexicana al incorporarlos a la cultura del conocimiento hacia el futuro”.
Imán de inversiones
La experiencia indica que el éxito es un imán muy importante para atraer inversiones, manifiesta Sepúlveda Amor, y a partir de este primer cumplimiento de cobertura se pondrá en evidencia que sí funciona una Red Compartida.
“Una serie de operadores se verán inducidos a trabajar conjuntamente con Altán por el hecho mismo de que no tendrán que invertir en infraestructura; es decir, a un operador individualmente le puede resultar muy costoso instalar su propia infraestructura, y en lugar de hacer eso ahora se le ofrece la oportunidad de conectarse con Altán”.
Al ser cuestionado sobre la incredulidad de expertos sobre el éxito de la Red Compartida, Sepúlveda Amor indica que “los escepticismos, las visiones negativas y el derrotismo no deben jugar un papel importante en la sociedad mexicana. Se tiene que encontrar la fórmula para abrazar los grandes proyectos que nos permitan evolucionar hacia una sociedad más igualitaria, de mayor prosperidad y con un sistema democrático más sólido”.
El presidente del Consejo de Administración de Altán Redes menciona que en México tenemos que ser abogados de la modernidad representada por las revoluciones en materia tecnológica.
“Retornar a los grandes proyectos, a las grandes obras que tienen consecuencias notables para una sociedad, en vez de ser abogados de la obsolescencia”, considera.