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El ingreso que reciben las familias más ricas de México es 21 veces mayor al que perciben los hogares más pobres, relación superior a la existente en economías como la de El Salvador, donde los más adinerados ganan 15 veces el ingreso de quienes tienen menores recursos.
De las 18 economías más representativas de América Latina, México se ubica en octavo lugar entre los países con mayor desigualdad de la distribución del ingreso, de acuerdo con información recopilada por el Banco Mundial y datos recientes del Inegi.
“La posición de México no parece ser mala en América Latina, pero cuando se trata de la región más desigual del mundo estar en la parte media de ese ranking, entonces no es bueno”, dijo el profesor e investigador del Colegio de México (Colmex), Gerardo Esquivel.
La comparación se hizo con base en el Coeficiente de Gini de cada país, que es una medida de concentración del ingreso en una escala de valores entre cero y uno. Cuando el valor se acerca a uno hay mayor concentración del ingreso; cuando se acerca a cero la desigualdad es menor.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016 del Inegi, el valor del Coeficiente de Gini en México es de 0.448, incluidas las transferencias recibidas por los hogares (remesas, donativos, beneficios de programas gubernamentales, transferencias en especie de otros hogares e instituciones, pensiones y becas).
Si no fuera por las transferencias, el indicador estaría cerca de 0.5, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“Hay que tener cuidado con los cálculos del Coeficiente de Gini en México porque provienen de la ENIGH que es una encuesta truncada donde no se consideran los ingresos de las familias más ricas del país.
“Si se incluyeran esos datos tendríamos una medida de la desigualdad en la distribución del ingreso mucho peor”, dijo el analista económico del sector privado, Jonathan Heath.
De acuerdo con cálculos del experto, si se contabilizara la información de las familias más ricas del país el Coeficiente de Gini puede ser superior a 0.6, niveles cercanos al país más pobre de la región: Haití.
Cifras por país El nivel de desigualdad del ingreso en México sólo es superado por Chile, con un coeficiente de Gini de 0.5045, seguido por Honduras, Panamá, Brasil, Paraguay, Colombia y Haití, éste último con un índice de 0.6079, el nivel más alto entre los 18 países de la muestra. En la nación caribeña, los hogares más ricos tienen un ingreso 88 veces superior al de las familias más pobres.
Entre los países de América Latina con menor nivel de desigualdad de ingresos están Uruguay, con un coeficiente de 0.4160, siguiéndole El Salvador, Argentina, Perú y Ecuador.
“México siempre ha tenido una distribución del ingreso muy inequitativa, es un problema de antaño y es uno de los problemas principales que tiene el país”, destacó Heath.
“La gran desigualdad en la distribución del ingreso que existe en el país tiene que ver, entre otras cosas, con el diseño del modelo impositivo que tiende a ser relativamente más laxo para las fuentes de ingresos de las personas con mayores recursos”, explicó Esquivel.
El investigador del Colmex dijo que se tiende a ser más laxo con los ingresos que provienen de las ganancias de capital, los dividendos o las herencias que no están gravadas,
“Una serie de fuentes de ingreso que corresponde a las personas de mayores recursos que tienen un tratamiento fiscal relativamente más benevolente que el ingreso”, explicó.
Insuficiente redistribución. La otra dimensión relevante que destacó el académico es la parte del gasto público, el cual no tiende a ser suficientemente redistributivo como ocurre en otras partes del mundo.
“En México, los programas sociales, productivos y otros recursos del gasto público no necesariamente están dirigidos a la gente más pobre y más vulnerable, sino que muchos están dirigidos a segmentos que no son los que más lo necesitan”, detalló.
Esquivel dijo que el gasto público no ayuda lo suficiente a redistribuir el ingreso y la riqueza en el país, y terminamos con un régimen distributivo peor que en otras latitudes.