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En México , al igual que en otros países de América Latina, las madres de la llamada “generación sándwich” que se estima seguirá creciendo, enfrentan una pesada carga día a día , según el Banco Mundial (BM).
Para el organismo internacional que lucha contra la pobreza, la generación “sándwich” es la conformada por personas entre los 40 y 50 años de edad en los países de la región que empiezan a verse no solo como la generación “de en medi o”, sino como aquellos presionados por las responsabilidades de atender financieramente y cuidar de forma simultánea a sus hijos y a sus padres.
Las mujeres sobre todo, se ven ante la situación de cuidar de múltiples generaciones, ya que usualmente son quienes proveen cuidado a sus padres (y/o suegros), pero también a sus hijos o nietos, especifica en un comentario escrito por la economista en la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, Lourdes Rodríguez Chamussy.
Señala que en México, por ejemplo, según datos de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, el 33% de las mujeres de entre 25 y 44 años de edad dedican 40 horas o más a la semana a actividades de cuidado simultáneo de menores de 14 años, adultos mayores y personas dependientes o con alguna discapacidad; este porcentaje es del 15% para las mujeres de entre 45 y 64 años.
CRECERÁ EL SANDWICH
Pondera que la “generación sándwich” no es un fenómeno nuevo porque históricamente los hijos adultos proveen ayuda para el sustento y cuidado de sus padres en la vejez, muchas veces dentro de hogares extendidos.
Una persona en Ecuador, Honduras, México, Nicaragua o Perú comienza a generar ingreso laboral mayor que su consumo a los 24 años pero vuelve a entrar en un déficit a los 63 años, el cual dura hasta el final de sus días (aproximadamente 73 años en la región), destaca la especialista.
Lo anterior, pondera la importancia de varios aspectos de la dinámica demográfica de los países en América Latina, que empiezan a demandar la atención de políticas públicas enfocadas en este fenómeno.
Esto porque en los cinco países de la región mencionados, muestran que en promedio un individuo estará en la “generación sándwich” a la mitad de su vida.
Hace ver que los incrementos significativos en la esperanza de vida y la reducción del número de hijos promedio por pareja, implican para los adultos más tiempo a cargo de sus padres y menos hermanos o hermanas con quien compartir las responsabilidades.
Además, pone de relieve que de acuerdo con datos de la encuesta SABE (Salud, Bienestar y Envejecimiento) para siete ciudades en América Latina y el Caribe, la tasa de discapacidad del 16% en hombres de entre 60 y 64 años de edad subirá a 47% para los de 90 años de edad y más. Entre las mujeres pasará del 24% al 57% en los mismos grupos de edad.
Advierte que todos estos factores implican una carga creciente de trabajo en la provisión de cuidados y son usualmente las mujeres quienes llevan esta responsabilidad dentro y fuera de su hogar.
LIMITANTE DEL DESARROLLO
Lourdes Rodríguez Chamussy junto con el director de Estrategia y Operaciones del Banco Mundial para América Latina y el Caribe del BM, Humberto López, señalan que la mayoría de los países en desarrollo, el rol de las mujeres como proveedoras de cuidado a niños, adultos mayores y personas con dependencia funcional muchas veces limita sus oportunidades de participación económica y afianza un círculo vicioso de inequidad y pobreza.
Y más aún, explican, porque las mujeres en general viven más años, aunado a que tienen menores oportunidades de generar ingreso y a la precariedad de los empleos a los que pueden acceder cuando se insertan en el mercado laboral, significa que más mujeres que hombres sufren durante la vejez dificultades para acceder a una pensión y a la cobertura de sistemas de salud.