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La inflación en México terminó 2017 con el cierre anual más alto en lo que va del presente siglo, impulsada por el incremento en el precio de bienes y servicios como el jitomate, el transporte aéreo, la gasolina de bajo octanaje y el gas doméstico, durante el último mes del año, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó un crecimiento mensual de 0.59% durante diciembre pasado, con lo que la inflación anual llegó 6.77%, el cierre de año más alto desde 2000, cuando terminó en 8.96%, y la tasa anual más alta desde mayo de 2001 cuando reportó una alza de 6.95%.
Otros bienes y servicios cuyos incrementos en sus precios tuvieron mayor incidencia en la inflación durante el último mes del año pasado, fueron huevo, con una alza mensual de 5.76%; servicios turísticos en paquete, con 7.43%; calabacita, 26.61%; vivienda propia, 0.18%; restaurantes y similares, 0.59%, y transporte colectivo, 0.84%.
En este contexto, el índice de precios de la canasta básica, que incluye los bienes y servicios de mayor consumo por parte de las familias de bajos ingresos, tuvo un incremento de 0.66% en el último mes de 2017, obteniendo de este modo una tasa anual de 9.61%, la cifra más alta en 17 años, desde marzo de 2000, cuando se ubicó en 9.74%.
El repunte de inflación durante 2017 estuvo explicado por el incremento de los precios de los energéticos, los de las gasolinas a principios del año y del gas doméstico a partir de la segunda mitad de 2017.
Adicionalmente, el ciclo agrícola resultó ser desfavorable para los precios, añadiendo 0.7 puntos porcentuales a la inflación total del año, comentó Francisco Flores, economista de Banorte-Ixe.
A estos incrementos hay que añadir presiones sobre los precios de las mercancías, explicado por el contagio de la depreciación del tipo de cambio, así como por el aumento en el salario mínimo, agregó el especialista.
El índice de precios subyacente, que no incluye los bienes y servicios cuyos precios y tarifas son más volátiles, reportó un incremento mensual de 0.42% y una tasa anual de 4.87%.
A pesar de cerrar 2017 en niveles superiores a los de un año antes, el componente subyacente registró una disminución en su tasa de crecimiento anual respecto a noviembre e, incluso se mantuvo por debajo del máximo registrado en agosto.
Al interior del indicador subyacente y tras el repunte en la inflación de noviembre, tanto las mercancías como los servicios moderaron sus avances en la última lectura.
Se mantendrá elevada. En un análisis, CI Banco informó que la inflación no está descarrilada o en camino a un descontrol, “pero con riesgo a que se mantenga alta por un tiempo no deseado, con los efectos económicos nocivos que ello implica”.
Para la firma, es probable que elementos impredecibles como alzas inesperadas en productos agropecuarios o una depreciación significativa de la moneda mexicana pueda mantener la preocupación, limitando la baja en la tasa anual de inflación para los próximos meses.
Ante ese escenario, CIBanco previó que el Banco de México mostrará una postura restrictiva en su política monetaria de los próximos meses, con el objetivo de legitimar la confianza del mercado para contener la inflación. “Ahora esperamos uno o dos aumentos adicionales”, dijo.
Para este año, CIBanco destacó que es factible alcanzar rango de inflación cercanos a 4.10% y que durante enero se tendrá un punto de inflexión a la baja en la tasa anual de inflación por el hecho de que el gasolinazo de inicios de 2017 ya no va a estará en la medición.