Ante la falta de una segunda vuelta en México y un Congreso dividido , el próximo gobierno se enfrentará con un liderazgo débil que dificultará obtener medidas que impulsen el crecimiento y Estado de Derecho , dijo la calificadora Standard and Poor’s .
“Un candidato con un porcentaje modesto del voto popular (en un entorno con muchos candidatos) podría convertirse en presidente. Una combinación de un mandato popular limitado para el nuevo presidente y un Congreso dividido sin que ningún partido tenga la mayoría en la Cámara de Senadores o de Diputados podría llevar a un liderazgo nacional débil. Tal resultado disminuiría la probabilidad de aprobar medidas para fortalecer el estado de derecho impulsar el crecimiento del PIB”, explicó la agencia.
En ese entorno, Standard and Poor’s estimó que el próximo gobierno tendría dificultades para evitar una erosión gradual del perfil financiero del soberano.
La calificadora destacó que si bien el Congreso mexicano aprobó las medidas anti corrupción en junio de 2016 para fortalecer las potestades de auditoría y supervisión de las instituciones anti corrupción como respuesta a las demandas públicas de rendición de cuentas, se ha tardado la puesta en marcha de los cambios legislativos en la materia que mejoren el entorno.
“La reforma , que podría también derivar en una mejor supervisión federal del gasto de los gobiernos locales , crea un nuevo tribunal federal para manejar acusaciones de corrupción contra servidores públicos . Sin embargo, la implementación de la reforma se ha demorado”, dijo.
Ante las elecciones de 2018 , la agencia dijo que se espera una amplia continuidad en la política económica del país si un candidato del PRI o del PAN obtiene el triunfo. En contraste, se tendría una menor continuidad si Andrés Manuel López Obrador de Morena se lleva la victoria.
Standard and Poor’s
dijo que en el caso de que López Obrador ganara las elecciones de 2018, no se esperan cambios sustanciales en las políticas fiscal o monetaria.
“La independencia legal del Banco de México y el respaldo público para la institución deberían traducirse en la continuidad de una política monetaria prudente. Es más probable que la administración de AMLO cambie políticas sociales y las prioridades de gasto del gobierno , y no es probable que presente déficits presupuestales sustanciales”, explicó.
En ese sentido, destacó que López Obrador no se ha posicionado contra el TLCAN debido al importante respaldo que el acuerdo tiene actualmente en México , donde se percibe como una base institucional crucial para el país, así como un mecanismo económico que brinda acceso a los mercados estadounidense y canadiense.
“Suponemos que si la renegociación del TLCAN se extiende aún después de las campañas electorales, el próximo gobierno mexicano estará incentivado para negociar el tratado comercial y obtener la aprobación del Congreso mexicano ”, explicó.