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La decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles al acero y aluminio escaló a organismos internacionales.
Luego de la medida anunciada por el presidente estadounidense Donald Trump de gravar con 25% de arancel el acero y de 10% el aluminio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) manifestó que las restricciones no solamente van a causar un daño fuera de Estados Unidos, sino también para su propia economía, en específico en el sector manufacturero y de la construcción.
“Nosotros estamos preocupados que las medidas propuestas por Estados Unidos expandan de facto las circunstancias donde los países usan la seguridad nacional racional para justificar las restricciones a las importaciones transfronterizas”, comentó Gerry Rice, vocero del FMI, en su posicionamiento oficial.
El organismo internacional hizo un llamado a Estados Unidos para colaborar con los países con los que tienen relaciones comerciales y buscar reducir las barreras en el intercambio comercial.
“Nosotros incentivamos a Estados Unidos y a sus socios a trabajar juntos de manera constructiva para reducir las barreras comerciales y resolver desacuerdos en la materia sin recurrir a este tipo de medidas de emergencia”, declaró Rice.
Por su parte, Roberto Azevedo, director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), mostró su “clara preocupación” a Reuters por el anuncio de Estados Unidos, a la vez que subrayó que una guerra comercial “no beneficia a nadie”.
“El potencial de escalada es real, como hemos visto en las respuestas iniciales”, expuso el funcionario de la organización en comentarios enviados por correo electrónico a la agencia AP.
Azevedo comentó que la OMC, el organismo que supervisa el comercio mundial con sede en Ginebra, Suiza, “estará observando la situación muy de cerca”.