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Una de las grandes promesas de la reforma energética, la de que con la apertura del mercado bajaría la cotización de la gasolina, está muy lejos de cumplirse. A pesar de que son 37 las diferentes marcas que comercializan combustibles en el país además de Pemex —los nuevos jugadores representan 20% del mercado mexicano— especialistas afirman que ni en el corto ni en el mediano plazos habrá competencia en precios, pues el esquema actual no lo permite.
“Muchas veces nos preguntan a las operadoras por el costo del producto, es una pregunta que estamos encantados de contestar, pero el precio no depende de nosotros. La capacidad de influencia en los precios que tiene el gasolinero sobre el precio final es mínimo y eso no lo controla ni los gasolineros ni los operadores”, afirmó Emilio Estrada, director general Network de G500, grupo que cuenta con más de 150 estaciones de servicio.
De acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener), el precio de la gasolina y del diésel está determinado por el precio de referencia internacional, impuestos (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios [IEPS] e Impuesto al Valor Agregado [IVA]), costos logísticos y margen comercial de menudeo, este margen es lo que les queda a los gasolineros para ofertar un mayor o menor precio y seguir obteniendo ganancias.
“El IEPS es parte de nuestro costo, no intervenimos para nada, es el que Hacienda impone. A nosotros no nos apoyan, somos instrumentos de la política fiscal, si el IEPS sube nosotros no tenemos ninguna autoridad en ello”, aseguró Estrada durante la presentación de la certificación Top Tier que fue otorgada a sus gasolinas.
José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), explicó que el componente fiscal sigue siendo determinante en los precios de los combustibles.
Los impuestos y componentes de pago a la Federación y a los estados sigue determinando de manera sustantiva el precio de las gasolinas, lo cual determina que el precio sigue reflejando la necesidad que las finanzas públicas tienen de esos recursos y mientras no se modifique ese modelo difícilmente tendremos una disminución, advirtió.
La competencia por la apertura comercial, al momento, es la implementación de nuevos servicios por parte de los nuevos competidores, es decir, la implementación de aditivos, mejora en tiendas de autoservicios, entre otros, pero no en los precios.
Sin margen de maniobra. Estrada explicó que el precio del combustible es un asunto de matemáticas, y dijo que en este momento la ganancia de los gasolineros no llega a un peso por litro, ronda entre los 92 o 93 centavos, dependiendo del producto.
Hasta la fecha absolutamente todos los participantes del mercado están obligados a comprar los combustibles que venden a Pemex, el cual aún tiene el monopolio de la distribución de estos hidrocarburos a través de ductos y pipas.
“Todas las gasolinas que se venden en el centro del país de momento, y por muchos años más, pasa por la logística de Pemex, pero 80% de las gasolinas que se venden en el país es importada”, explicó Estrada.
Alejandro Limón Portillo, investigador del CIEP, detalló que si bien la entrada de nuevos participantes en la distribución tendrá un efecto positivo, éste será muy leve y los precios no se moverían en más de 15%.
“La competencia que puede hacer un gasolinero es con margen de entre 92 y 95 centavos, según el producto, por lo que, en lo que se refiere a precios la capacidad de competir es baja, se trata de céntimos, pero ocurre en todo el mundo”, dijo Estrada.
Muchas marcas, pero... De la Cruz explicó que actualmente hay más marcas compitiendo en el mercado, pero la cifra de gasolinerías es prácticamente el mismo, es decir, “el número de estaciones en donde se despacha la gasolina no ha variado, lo que implica es que la oferta de combustibles no se está incrementando y ahí no hay un incentivo para disminuir precio”, afirmó.
Si se hace un comparativo por sexenio, la actual administración ha sido la que menos estaciones ha creado, con apenas 738 gasolineras más.
Sugieren eliminar el IEPS. El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) dijo que el gobierno federal debe reducir los impuestos a las gasolinas para competir con Estados Unidos, en donde el combustible cuesta entre cuatro y cinco pesos menos que en México.
En conferencia, Mario Morales, vicepresidente fiscal del IMCP, dijo que la gasolina que se consume en México tiene los mismos componentes que la comercializada en EU, por lo que su costo debe ser similar una vez que se reduzca o elimine la cuota del IEPS, medida que permitirá ser más competitivos y ofrecer mejores precios.
Sin embargo, lo anterior puede representar un problema para las finanzas públicas, porque reducir o eliminar el IEPS a gasolinas y diésel, es un “boquete fiscal” que tendrá que cubrir con otros ingresos.