En los últimos meses, Gerardo ha buscado opciones alternas al uso del gas licuado de petróleo (LP) debido a que el incremento en el precio de este combustible disminuye las ganancias del negocio de comida que tiene en los límites de la Ciudad de México y el Estado de México.

Todos los días él y su familia salen y colocan una carpa, mesas y sillas para vender la comida que previamente prepararon, pero que deben calentar constantemente para los clientes, de manera que el uso de gas es inevitable.

“Por la mañana mi mamá hace la comida en la estufa de gas, cada mes y medio tenemos que comprar un tanque sólo para esa estufa. Es una inversión grande, pero también tenemos que ocupar otra parrilla para calentar la comida para los clientes, así que es otro tanque. y con estos precios no vemos ganancias”, dice Gerardo, quien prefiere no compartir su apellido.

Al buscar opciones, probó con una parrilla eléctrica y se percató de que durante un bimestre el cobro de la luz fue menor que el del gas LP, por lo que ha decidido quedarse con esa opción, al menos para recalentar.

“Hace unos meses compré mis dos tanques de 20 kilos a 365 pesos, cada uno. Ahora compré solo uno y me salió en 400 pesos, y en cambio pagué sólo 200 de luz. Creo que esta es una mejor opción, porque no solo aumentó el gas este mes: diario sube algo, los ingredientes y el transporte”, dice.

Gerardo espera que antes de que concluya el año se pueda comprar una estufa o una parrilla eléctrica, para así dejar de usar por completo el gas LP, pues considera que ya es un abuso que no se estabilice su precio.

“Ya estamos buscando estufas eléctricas, creo que ahorraremos más, incluso en familia estamos considerando comprar un boiler que no utilice gas, porque esa es otra cosa. Estamos ocupando mucho el gas y es indispensable para comer y para tener un baño todos los días. Ojalá con el nuevo gobierno se estabilice, porque en los últimos años vamos de mal en peor”, señala.

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