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La economía mexicana podría crecer a un ritmo de 4% anual si la próxima administración logra impulsar la inversión, dar certidumbre jurídica a las empresas, apoyar el consumo y generar incentivos para el mercado interno a través de un aumento en el poder adquisitivo de la población, coincidieron especialistas.
“La tasa de crecimiento de 4% se logra si incrementamos la inversión. Lo que hemos visto en otros países como China, India y Corea del Sur, que han crecido a tasas muy altas, han sido altos porcentajes de la inversión como proporción del PIB”, comentó Luis Foncerrada, doctor en economía.
Hace unos días, el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, prometió a empresarios que en su gobierno la economía nacional crecerá a ritmo de 4% anual.
Foncerrada dijo que cuando la inversión en otros países ha alcanzado rangos de 27% a 40% como proporción del PIB, el dinamismo de sus economías se ha disparado a tasas de más de 7% o 9%.
“Difícilmente podríamos crecer más si no se incrementa la inversión, y la inversión requiere certeza jurídica y también un mercado pujante donde haya una demanda, porque para qué voy a producir más si no hay quien lo compre. Esta demanda tiene que ver con el poder adquisitivo y distribución de la riqueza”, abundó durante el foro de EL UNIVERSAL, titulado Crecimiento económico y salario mínimo con Andrés Manuel López Obrador.
Jorge Sánchez Tello, director del programa de investigación aplicada del Fundef del ITAM, coincidió en la posibilidad de que México crezca a un mayor ritmo con la nueva administración federal. Sin embargo, aclaró, el reto no es menor y habrá obstáculos: “Veo difícil que se logre el crecimiento de 4%, la economía tiene muchas restricciones. Si hay mayor inversión, un gasto responsable, menor endeudamiento, se podría alcanzar, pero hay que ver qué pasa”.
De 1989 a 2013, el crecimiento promedio anual del PIB de México fue de 2.4%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“Hay que ver si [AMLO] aterriza las reformas que hizo este gobierno, tal vez podría tener un impacto positivo, pero si frenara la reforma energética [...] Hay que ver qué cambios hará a la reforma educativa, y el tema de la deuda, que es muy importante, llevamos dos sexenios donde prácticamente se duplicó”, indicó.
En cuanto al impulso al mercado interno, María Fonseca, decana regional de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, consideró que uno de los problemas ha sido la concentración de la riqueza en pocas manos, lo que amplía la brecha entre ricos y pobres, e incluso puede generar una mayor delincuencia.
“Definitivamente hay que reducir esta brecha, pero no por mandato sino por un plan a largo plazo, de desarrollo, de ahorros, que se dé certeza, confianza en la ciudadanía que ha otorgado el voto y rendir cuentas, se resolverá en la medida que no se vean dádivas, sino que haya más educación”, dijo.
Por su parte, Antonio Ocaranza, analista del sector empresarial, aseveró que “es un buen momento para replantear varios sectores, de la misma manera que cuando llegó Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, y aquí la parte de la competencia será sin duda una nueva forma de pensar”.
“López Obrador no planteó el crecimiento con respecto al pasado, sino que lo comparó con otros países de la economía mundial, y en ese planteamiento existe esa vocación de mover hacia adelante a la economía”, manifestó.
