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La inflación en enero fue impulsada principalmente por el incremento en los precios del gas LP, gasolinas y alimentos procesados, mientras que el descenso de tarifas aéreas, frutas y verduras mitigaron parcialmente estos aumentos.
En enero de 2018, el Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó un crecimiento mensual de 0.53%, con lo que la inflación anual llegó a 5.55%, informó el Inegi. La tasa fue ligeramente superior al 5.52% estimado por el consenso de analistas, pero menor al 6.77% con que cerró en diciembre de 2017.
Este menor dinamismo de la inflación en el primer mes del año respecto al cierre de 2017 es resultado de una favorable base de comparación, pues desde hace 13 meses inició el proceso de liberalización del precio de algunos energéticos que derivó en un incremento en la cotización de las gasolinas, de casi 20%, factor que no se presentó este año, comentó Janeth Quiroz, analista económica de grupo financiero Monex.
Los bienes y servicios cuyos incrementos en sus precios tuvieron mayor incidencia en la inflación durante el primer mes del año fueron: gasolina de bajo octanaje, con una variación mensual de 3.19%; gas doméstico LP, con 2.99%; huevo, con 7.71%; loncherías, fondas, torterías y taquerías, con 0.88%; plátanos, con 20.21%; restaurantes y similares, con 0.96%; papa, con 10.24%; vivienda propia, con 0.22%; derechos por suministro de agua, con 2.34%, y estudios universitarios, con 1.06%.
El Índice Nacional de Precios al Productor tuvo un crecimiento de 3.16% en enero respecto a igual periodo del año anterior, su menor nivel desde noviembre de 2014, aunque apoyado por una alta base de comparación. En mercancías y servicios finales destinados al consumo interno, éstos registraron su menor crecimiento anual en 20 meses, al pasar de 5.21% en diciembre a 4.40%.
Los resultados actuales apuntan a que la inflación anual puede continuar disminuyendo en los próximos meses, comentó Eduardo González, analista económico de CitiBanamex. En particular, espera que la inflación anual no subyacente mantenga una tendencia a la baja en el corto plazo, impulsada por descensos adicionales en precios de frutas y verduras.
Sin embargo, al mismo tiempo prevé que los precios de la energía seguirán aumentando, aunque ahora moderadamente, dado el apoyo de menores presiones en las
cotizaciones internacionales de los energéticos.