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El sector del autotransporte fue la moneda de cambio del gobierno en la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), por lo que con la ratificación lograda este miércoles se presentan riesgos para 3 mil 800 empresas autotransportistas, dijo la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
El problema, explican, es que se acordó que Estados Unidos pueda dar y quitar permisos discrecionalmente para entrar a su territorio.
El presidente de Canacar, Enrique González Muñoz, y el vicepresidente ejecutivo de la misma, Refugio Muñoz, afirmaron que con el T-MEC se le permite a EU no dar más autorizaciones a los mexicanos para hacer largos recorridos y hasta podría cancelar los 581 permisos existentes.
Las empresas estadounidenses no tendrán ese problema, pues podrán solicitar autorización y llevar mercancía desde EU a cualquier punto del territorio mexicano.
En conferencia de prensa, González Muñoz dijo que “el sector autotransporte, al igual que hace 25 años, no fuimos de los más favorecidos. ¿Qué nos sucedió ahora? No se les autorizaron a las empresas mexicanas más permisos de largo recorrido y, segundo, cuando los industriales del transporte de Estados Unidos sientan en riesgo sus intereses económicos las autorizaciones que ya están otorgadas se pueden cancelar”.
El problema es que “no se van a dar nuevas y se pueden cancelar las que ya están vigentes. ¿Qué es lo triste de esto? Que México no se guardó ese derecho”, explicó.
Dijo que no se hizo nada a pesar de que se le pidió al gobierno y a los legisladores mexicanos que se tuviera la “cancha pareja”, y pese a que se les planteó el riesgo de esa situación “no fuimos escuchados, no se nos tomó en cuenta”.
El vicepresidente ejecutivo de la Canacar señaló que el Senado ratificó sin cambios el T-MEC y con esa aprobación “fuimos utilizados como moneda de cambio”.
“Todos recordamos que en el TLCAN de hace 20 años, de manera unilateral, México cedió una parte importante del mercado del autotransporte en México, así como la paquetería y mensajería a las grandes empresas transnacionales”, agregó Refugio Muñoz.
Añadió que hasta la fecha Estados Unidos no permite que las empresas mexicanas puedan hacer el mismo servicio y, “de nueva cuenta, los negociadores mexicanos también aceptaron y cedieron a las presiones” del sindicato estadounidense más grande, lo que afecta a 3 mil 800 empresas mexicanas que tienen 410 mil unidades.
Agregó que, ante esta situación, se solicitó al gobierno que se reconozca una zona especial en la frontera, limitada por zonas comerciales, en las que se establezca un lugar para realizar las transferencias de autotransportistas, algo así como operan los puertos.
Solamente así se apoyará a las empresas mexicanas para que sigan llevando el producto del interior del país a la frontera, y ahí puede tomar la carga otro transportista para internarla a EU.