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No hace mucho tiempo, un colega me comentaba que no había nada mejor que poseer “un auto para cada ocasión”. Esto es, un coche para ir al supermercado, otro para cenar con tu pareja, uno más para llevar a los niños a la escuela, etcétera. Me parece que, independientemente del poder adquisitivo que esto requería, ese mundo ha quedado ya muy atrás. Durante 2017 fuimos testigos de la aparición de los primeros modelos de suscripciones en la industria automotriz, y este 2018 puede ser el año que marque una nueva forma de propiedad entre los consumidores.
El modelo de suscripciones ha comenzado a inquietar a las empresas tradicionales de arrendamiento y concesionarios automotrices en Estados Unidos (EU) y se proyecta como una oferta de valor mucho más sencilla y flexible.
Pero, ¿qué es y en qué consiste este modelo? Los usuarios pagan una mensualidad y tienen acceso a una flota de vehículos de distintas gamas de acuerdo al paquete y compañía de su elección. El usuario podría disfrutar de un auto Sedán durante la semana y de una SUV o un deportivo para un fin de semana, sin preocuparse por el seguro, mantenimiento, el servicio o el financiamiento del vehículo.
Este modelo es, en cierta forma, una suerte de “coche-bajo-demanda” a través de una app, por lo que en unos cuantos clics se reserva el auto y un chofer especializado lo acerca al lugar indicado por el usuario.
A diferencia de un contrato de arrendamiento tradicional, no existe una obligación contractual temporal, los requerimientos crediticios son mucho menores (basta con proporcionar la tarjeta de crédito y tener un buen historial de conducción) y los usuarios no se encuentran obligados a hacer uso de un determinado vehículo. Para muchos fabricantes, este tipo de modelo tiene mucho sentido, pues las nuevas generaciones no consideran la propiedad del vehículo como algo prioritario.
En el caso de vehículos de gama media, existen servicios como Canvas de Ford o las startups Fair y Flexdrive, donde los usuarios tienen acceso a vehículos bajo demanda por una mensualidad de 400 o 500 dólares.
El caso de Flexdrive es interesante, pues es una iniciativa donde participa un grupo de concesionarios de EU que buscan experimentar con nuevas fuentes de ingresos ante los cambios en el modelo de propiedad.
En el caso de vehículos de lujo, servicios de suscripciones como Passport, de Porsche, o Book, de Cadillac, han empezado a encontrar su lugar. Para vehículos de esta gama, la mensualidad oscila entre 2 mil y 3 mil dólares, pero los usuarios pueden acceder a servicios tipo Premium, con una mayor cantidad de opciones y beneficios (como choferes personales).
El modelo de suscripciones está aún en fase de experimentación en algunas ciudades de Estados Unidos, pero expertos señalan que se consolidaría como una alternativa seria al modelo de propiedad.
Su potencial de crecimiento representa una oportunidad para empresas de seguros y asistencia en el camino, pues su servicio será empaquetado dentro de la suscripción y también permitiría la circulación de más vehículos eléctricos e híbridos, cuyos precios (sobre todo de los primeros) aún no están al alcance de todos.
Este servicio está disponible en algunas ciudades de Estados Unidos y Europa, pero aún no llega a países emergentes como México. No obstante, debemos estar atentos a la evolución de este modelo de negocio y explorar su viabilidad ante una eventual llegada a México.