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El Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) invirtió 30 mil millones de pesos en una Fibra E en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), con la finalidad de financiar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).

“La transacción representa un parteaguas para proyectos de infraestructura en el país, porque se trata de un esquema de financiamiento innovador que permite que los fondos de pensiones inviertan en planes de infraestructura de largo plazo, lo cual es consistente con las mejores prácticas internacionales”, indicó.

El esquema de financiamiento no representa deuda pública, ni cuenta con la garantía del gobierno federal, mientras que el precio por cada Certificado Bursátil Fiduciario de Inversión en Energía e Infraestructura (CBFEs) es de 100 pesos.

Además, el rendimiento objetivo de cada certificado es de 10% real en pesos y no habrá distribuciones de efectivo bajo los CBFEs hasta el 1 de enero de 2021.

“El emisor utilizará los recursos netos de la oferta para suscribir y pagar las Acciones P y las Acciones AICM”, destacan los detalles.

Luego de la colocación, según Reuters, fondos controlados por la familia de Carlos Slim Helú están en proceso de adquirir una gran parte del fideicomiso de inversión, refiriendo a tres fuentes con conocimiento del acuerdo. Grupo Financiero Inbursa, a través de vehículos que incluyen a la Afore Inbursa, adquiriría alrededor de 13 mil millones de pesos en certificados del fideicomiso de inversión especializado en infraestructura creado para financiar parte de la construcción del nuevo aeropuerto.

La asignación no es final, sino hasta la próxima semana, dijo una de las fuentes a Reuters, mientras que GACM no respondió a una solicitud de comentarios y un portavoz de Inbursa declinó comentar.

Operaciones de estabilización. Con el objetivo de permitir al mercado absorber gradualmente el flujo de órdenes de venta de los CBFEs que pudieran producirse con posterioridad a la oferta global y para prevenir o retardar la disminución del precio de mercado de los CBFEs, los intermediarios colocadores podrán —pero no estarán obligados a— llevar a cabo operaciones de estabilización en la BMV mediante posturas de compra durante el periodo de 30 días contados a partir de la fecha de cierre de libro conforme a la legislación.

La principal fuente de recursos para hacer distribuciones bajo los CBFEs provendrá de aquellos pagos que el fideicomiso reciba en su calidad de accionista del GACM. “En tanto el nuevo aeropuerto no inicie operaciones, los pagos de las distribuciones que tengan que efectuarse en términos del contrato de fideicomiso dependerán de los resultados que genere la base aérea existente”, detalló.

En todo momento, el gobierno federal mantendrá el control y la propiedad del grupo como empresa paraestatal. Además, con los recursos obtenidos de esta transacción se asegura la continuidad del proyecto.

Para la colocación de la fibra se contó con la participación de Banobras como agente estructurador, así como de Credit Suisse y CitiBanamex como coordinadores globales. También participaron BTG Pactual, Banorte, BBVA Bancomer, Santander e Inbursa. El GACM reiteró su compromiso de transparencia respecto a la utilización de los recursos.

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