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Suspender la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) “tendría efectos catastróficos para el crédito y la confianza en México”, dijo el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en una visita que hizo junto con senadores al polígono en el cual se levanta lo que será el edificio terminal, previsto para entrar en servicio en 2020.
Al momento, afirmó, “hay inversión de casi 150 mil millones de pesos contratados con 300 empresas mexicanas; 7 mil millones de dólares de bonos verdes que financian la obra, misma que es autofinanciable, que se pagará ella misma, cuando el aeropuerto esté en operaciones”.
El candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que cancelará el proyecto. Al respecto, el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa, dijo que el NAIM será concluido y será una de las grandes obras de infraestructura aeronáutica internacional, “porque José Antonio Meade será el próximo Presidente”.
Ruiz Esparza recibió a Gamboa Patrón, a la cabeza de un grupo de senadores priístas, del PVEM, así como del perredista Adolfo Romero Lainas, y de la morenista Luz María Beristain, a quienes se informó sobre el avance y la complejidad del proyecto, en una reunión en el campamento de la construcción.
El funcionario informó que murales de Juan O’Gorman, José Chávez, Arturo Estrada y Rosendo Soto serán trasladados de la sede de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a la terminal.
Afirmó que “el impacto inmediato [de detener la obra] es una gran pérdida empresarial, social, porque hay 45 mil empleos en las construcciones, que van a ser 70 mil [al concluir el año], y se perdería la confianza y crédito de México, porque no puede un país suspender una obra de esta dimensión de un momento para otro, sería lo más grave”.
La afectación. El director general de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), Federico Patiño, estimó que cancelar el NAIM representaría rechazar la oportunidad de obtener ingresos equivalentes a 3.3% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Si no tenemos infraestructura portuaria que pueda captar el creciente flujo de pasajeros, que crece 10% anual, lo que motiva que las líneas aéreas tengan pedidos de 300 aviones nuevos, los pasajeros no vendrían a México y sería como renunciar a ese 3.3% [del PIB]”, afirmó.
Ruiz Esparza dijo que no es viable usar la base aérea de Santa Lucía, como propone López Obrador.