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La Canaco CDMX planteará a la autoridad hacendaria realizar ajustes que compitan con los cambios tributarios aprobados en Estados Unidos, como bajar la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 30% a 26% o 24%, así como tener un IVA generalizado y una simplificación fiscal.
El presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) de la Ciudad de México, Humberto Lozano, explicó que la propuesta es que se aplique IVA a todos los productos y que haya exención de impuestos a ingresos de hasta tres salarios mínimos.
“Todas las personas que ganen hasta tres salarios mínimos no tendrían que pagar impuestos y podrían presentar sus declaraciones y tener regreso de impuestos de sus consumos por gastos médicos y todo aquello que podría ser deducible”, dijo.
Antes de la inauguración del 42 Seminario de Reformas Fiscales, Lozano explicó que la propuesta de reducir el ISR sería gradual. Por ejemplo, podría bajar uno por ciento anualmente hasta llegar a 26% o 24%, pero “todavía hay que hacer los análisis correspondientes”, dijo.
Explicó que seguramente su propuesta se alineará a la del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, quien dijo que plantearon a la Secretaría de Hacienda reducir el ISR, permitir la deducibilidad a 100% de las prestaciones sociales y dar incentivos a las inversiones.
Hace unos días, Castañón dijo que la autoridad hacendaria ha mostrado apertura para considerar cambios al sistema fiscal a mediano plazo. Y añadió que pidieron a los funcionarios contemplar medidas para marzo.
De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), con la reforma fiscal que se aprobó en Estados Unidos hace unas semanas la tasa nominal del impuesto sobre la renta se redujo de 35% a 21%. Además, la tasa efectiva para los corporativos estadounidenses quedó entre 26% y 29% antes de deducciones y subsidios, además de que se eliminaron exenciones de impuestos estatales.
Para el CEESP, “en principio en México no existe ningún espacio fiscal para reducir los impuestos, solamente a costa de un incremento en el déficit público”. En ese sentido, hacerlo a costa de déficit sería inadmisible.
En opinión de Lozano, la reforma fiscal estadounidense no provocará una salida masiva de inversionistas, pero México debe prepararse ante las posibles repercusiones que genere del otro lado de la frontera.