Por Lorenzo Fernández y Francisco J. Hurtado
El 29 de agosto de 2017, Santiago Urquiza recibió la concesión para operar una nueva bolsa de valores en México. Finalmente, 25 de julio del 2018 la Bolsa Institucional de Valores (Biva) arrancó operaciones con el pie derecho. Sin duda una excelente noticia para nuestro país, si consideramos que dentro de las 15 economías más grandes del mundo, hasta el mes pasado sólo dos —Brasil y México— contaban con una bolsa de valores en operación, mientras que el promedio es tres.
La tabla incluida es un comparativo con relación a su mercado de valores.
A finales de 2017, México ocupaba el lugar 23 en capitalización de mercado a nivel mundial. Tendríamos que crecer más de dos veces para estar en línea con la posición 15 que ocupábamos como economía. Y éramos el país 43 en empresas listadas. Deberíamos tener 850 emisoras para estar en línea con nuestra posición en el entorno mundial.
El valor de capitalización promedio de las empresas que cotizaban en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) era de 2 mil 500 millones de dólares. En países como Canadá y Australia el promedio era menor a 600 millones. Nos encontrábamos posicionados en el lugar 24 en importe operado, y para estar acorde con el tamaño de nuestra economía tendríamos que multiplicarlo por seis.
Biva representa el nacimiento de la competencia en el mercado de valores y su objetivo es, precisamente, generar el crecimiento del sector con el arribo de nuevas emisoras e inversionistas. De hecho, diversos estudios demuestran que hay una correlación positiva entre el crecimiento de los mercados, incluyendo el de capitales, y el desarrollo económico y social de un país.
En el caso de México, la BMV lo ha hecho bien —con alrededor de 150 emisoras, su valor de capitalización equivale aproximadamente a 35% del PIB nacional— inclusive en los últimos años ha lanzado nuevos instrumentos, como CKDs y Fibras; sin embargo, la incorporación de nuevas empresas al mercado bursátil no ha crecido de manera importante.
Se espera que con dos bolsas de valores, el mercado de capitales sea más atractivo y ayude a la construcción de una cultura más enfocada al mercado de valores, con más y mejores servicios apoyados en la tecnología. En ese sentido, Biva operará con la plataforma de Nasdaq, la cual es utilizada en más de 100 mercados en el mundo, y proporcionará tecnología de punta con estándares internacionales, así como información que permita mayor inteligencia de mercado.
La ventaja de tener una alternativa adicional ofrecerá a las empresas la opción de decidir qué les conviene más entre la BMV y Biva, y hará una sana competencia con la consecuente reducción de los costos. Por otro lado, va a beneficiar a la economía en general a través de fomentar su crecimiento. Hacerse de más recursos y utilizarlos para crecer, generar más fuentes de empleo y mayor ingreso.
En un año de transiciones económicas y políticas, que genera volatilidad en el sistema financiero, el rol de las dos bolsas de valores será fundamental, pero también lo será el papel que desempeñen las empresas, el gobierno y los inversionistas para impulsar el crecimiento y desarrollo de este sector y de la economía en nuestro país.
Los planes de Biva son ambiciosos, pues buscarán aumentar 50% el volumen operado diario en el mercado, al pasar de cerca de 13 mil 500 millones de pesos actuales a 20 mil millones en los próximos tres años.
También buscarán se incorporen 50 nuevas empresas listadas en el mercado de capitales , ya sea con la BMV o con Biva, lo que permitirá tener alrededor de 200 empresas emisoras en el mercado dentro de tres años.
El reto que tienen por delante Biva y la BMV es muy importante y puede tener grandes beneficios para el país en el mediano-largo plazo. Esperemos que el tamaño del pastel crezca y que ese crecimiento sea sólido y sustentable.
*Profesores del área de Dirección Financiera de IPADE Business School