maria.saldana@eluniversal.com.mx
Los más de 6 mil programa asistenciales que existen en México no tienen efecto importante en la reducción de la pobreza, destacó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El organismo del sector privado planteó que la mejor manera de contribuir a que disminuya el problema es a través de inversiones productivas que ayuden a la creación de empleos en el país, expuso en su Análisis Económico Ejecutivo.
“Es evidente que la mejor política pública para eliminar la pobreza y reducir la desigualdad es el empleo, no los programas asistenciales, ni los programas que propician la búsqueda de prebendas, y menos el uso político de los recursos. La inversión debe ser el principal objetivo”, explicó.
En el documento semanal, el CEESP informó que ante la proximidad del tercer debate entre los candidatos a la Presidencia, es necesario que reflexionen sobre cómo países como China e India realizaron inversiones equivalentes a 42% y 33% de su PIB, respectivamente en los últimos 17 años, y reportaron tasas de crecimiento de 9.2% y 7.1% cada uno.
Mientras que México reportó una tasa de crecimiento promedio de 2.5%, con una inversión de 20.5% del PIB, pero para crecer 4% por año necesita 25% del tamaño de su economía.
“A lo largo de la campaña presidencial se ha escuchado de todos los participantes que uno de sus principales objetivos es mejorar la situación de los hogares reduciendo los niveles de pobreza, mediante una serie de programas asistenciales que implican una importante cantidad de recursos adicionales que tendría que obtener el sector público para cumplirlas”.
Pero pensar que con asistencialismo se logrará, es contraproducente, porque este tipo de programas más que reducir la pobreza contribuyen a perpetuarla, además de representar un elevado costo para las finanzas públicas.
“Reducir los niveles de desigualdad, que es un problema adicional a la pobreza, requiere en buena medida de un entorno de igualdad de oportunidades para todos los mexicanos, con el objetivo de que tengan acceso a un sistema educativo de calidad sin problemas de discriminación económica o racial, acompañado de la posibilidad de acceso a la tecnología, además de contar con un sistema de salud eficiente”.