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Argentina se adelanta a la reforma fiscal de Estados Unidos al apostarle a cambios que tienen como objetivo estimular la inversión y elevar la productividad de la economía, a través de reducir los impuestos a la renta sobre todo para los trabajadores de menores ingresos, y gravar más el consumo.
Se pone en línea con otros países porque se había quedado con una presión tributaria muy alta, y lo que necesita ahora la región es más inversión que genere mayor empleo y crecimiento.
“Argentina está tratando de volver a promover incentivos para que la economía pueda crecer, y en ese contexto creíamos que los impuestos al trabajo lo hacían muy caro y los impuestos a las ganancias corporativas se habían quedado muy altas en comparación a la región y con el mundo; con lo cual nos estamos adecuando a lo que era el mundo antes de la reforma [fiscal] de Estados Unidos”, expuso el secretario de política Económica del ministerio de Hacienda de Argentina, Sebastián Galiani.
En entrevista con EL UNIVERSAL, consideró que debido a que los gobiernos no tienen mayoría en las cámaras se tienen que buscar consensos para hacer reformas duraderas, como lo están haciendo ahora ellos en el gobierno de Mauricio Macri.
La inversión se nutre de la previsibilidad de que las reglas del juego sean estables en el tiempo y se eso se logra cuando uno hace reformas con consenso, dijo.
Como parte de la reforma que su país impulsa, mencionó que se está incrementando el impuesto a las bebidas azucaradas que grava con 8% actualmente y que ahora será más alto dependiendo del grado de azúcar en su contenido. También un impuesto a las rentas financieras que no existía, por lo que se pretende gravar ciertas ganancias de capital, y se están subiendo otras tasas al consumo de bebidas alcohólicas.
“Lo que se busca es que la presión agregada sea menor y que el sistema sea más eficiente para que promueva la inversión y la productividad”.
Claro progreso. Durante una visita al país para dar a conocer a inversionistas y al gobierno federal la reforma fiscal que están emprendiendo, Galiani afirmó que México está en un claro sendero de progreso.
“México ha tenido un rol de liderazgo en la región, especialmente el Coneval (el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Socia) ha jugado un papel muy importante”, dijo al mencionar que se reunirán con el secretario ejecutivo Gonzalo Hernández Licona.
Señaló que México es un referente en la materia y está sirviendo de ejemplo para la evaluación de las políticas sociales. “México es un país líder, con lo cual la experiencia mexicana es muy útil para Argentina”.
Galiani afirmó que la economía de México ha tenido un buen “performance”, porque ha mejorado sustancialmente tanto en su crecimiento como en la reducción de la pobreza, la tasa de desempleo es muy baja, la cobertura de las políticas sociales se ha incrementado, por lo cual, está en un claro sendero de progreso.
Reducción de costos. Al abundar sobre la parte toral de la reforma fiscal argentina, destacó que hay reducción de impuestos sobre los costos laborales y sobre las ganancias reinvertidas para estimular tanto la inversión como el empleo, especialmente el de los trabajadores menos calificados.
Para un trabajador de un salario mínimo, la tasa del impuesto pasará de entre 17% y 21% a cero. “Para los de un salario mínimo la baja es la más fuerte y después asciende hasta llegar a los ingresos más altos, que serán los que pagarán un poco más”. La tasa máxima para algunos sectores estaba en 17%, y para otros en 21%; ahora se propone unificarla en 19.5%, pero con un mínimo imponible de cero para los de un salario mínimo.
“Nosotros creemos que ahí es donde más impacto puede tener la baja de impuestos al trabajo, porque ahí es está el margen entre la formalidad y la informalidad, y además de que es el segmento del mercado laboral que más sufre por las rigideces salariales y por el cambio tecnológico que se está dando en el mundo que reemplaza el trabajo de los calificados. El salario mínimo es de 12 mil pesos al mes”, expuso Galiani.