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La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) expuso que en la actualidad, el sector aeronáutico en México atraviesa por un momento de gran crecimiento en el tráfico de pasajeros y carga, que al mismo tiempo incrementa la demanda de suministro de turbosina .
Por lo tanto, es necesaria una reforma energética integral para la aviación mexicana que permita la apertura del mercado de la turbosina y un aumento de la competitividad en toda la cadena de suministro de este combustible, desde la comercialización hasta el expendio, pasando por el transporte y almacenaje.
En un comunicado, Canaero dijo que con la reforma energética se buscaba transparentar las tarifas volviéndolas más competitivas, derivando así en mayor competencia entre las aerolíneas y disminuyendo el costo de servicio, con el objetivo de que el usuario final pague un precio conforme las mejores prácticas operativas.
No obstante, el precio de la turbosina en México es de 10 mil 321 pesos por metro cúbico (m3), más elevado que el promedio mundial que es de 9 mil 984 pesos por m3.
África y Medio Oriente son las regiones que ofertan una menor tarifa de este combustible, con 9 mil 658 pesos por m3.
Además, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) ostenta el costo más alto de turbosina en todo el país, ofertándola en 10 mil 489 pesos el m3.
“Esta es una de las razones por las cuales transportarse vía aérea hacia el AICM se ha encarecido notoriamente”.
“El combustible representa el costo más elevado para las aerolíneas. Un centavo de dólar en el incremento del costo por litro significan pérdidas de 44.3 millones de dólares al año en México”, indicó la Canaero.
La fórmula del precio del combustible se basa en el costo de refinería y producción de la turbosina + tarifa de transporte + gastos de almacenamiento + tarifa de concesión y diferencial (+ITP), lo cual da como resultado la tarifa final del combustible.
Canaero agregó que si se lleva a cabo la reforma energética, se tendrá libre acceso a la extracción y procesamiento, derivando en tarifas reguladas de transporte y almacenamiento, abriendo paso con ello a contar con por lo menos dos proveedores de ITP.
Lo cual se verá reflejado en la disminución de la tarifa de boletos para el usuario final.
Las aerolíneas también quieren que sean consultadas en la fijación de tarifas de los servicios para proveer turbosina, como un paso necesario para la apertura de este mercado.
Para ello es necesario el eficiente desarrollo de infraestructura: turbosinoductos, tanques de almacenamiento e hidrantes; así como un marco regulatorio que elimine las restricciones de competencia.
afcl