La economía de México pudo crecer hasta 2.7% durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador sin contar la peor crisis económica por la pandemia de Covid-19, dijo ayer Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Además, dijo que ese porcentaje lo habría alcanzado junto a las inversiones públicas en infraestructura como elemento disruptivo para atraer la relocalización de empresas manufactureras al país.
Explicó que para este cálculo se excluyeron los trimestres en recesiones de acuerdo con el Comité de Fechado de Ciclos Económicos y dos trimestres inmediatos después del fin de la recesión.
Ramírez de la O participó en la conferencia magistral Logros, retos y perspectivas para la economía mexicana, del Coloquio internacional La transformación democrática en disputa, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el foro detalló que el crecimiento del Producto Interno Bruto de México “en periodos de recesión pudo crecer hasta 2.7% a tasa trimestral”, similar al promedio de ampliación del PIB mexicano durante la administración del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), y mayor al nivel de 1.9% del periodo de gestión del exmandatario Enrique Peña Nieto (2012-2018).
“Estamos excluyendo los años de caída. En el caso del presidente Calderón hay una caída fuerte por la gran crisis financiera en 2008-2009; en el caso del presidente Peña, hay una caída más o menos fuerte, con la irrupción de la candidatura del presidente (Donald) Trump y un frenón a la economía”, recordó.
Señaló que en el cálculo se deja de lado la caída superior a 8% durante la contingencia sanitaria en 2020, que calificó como la contracción “más fuerte”, incluso por encima de la gran crisis financiera de 2009.
Apuntó que el crecimiento de la economía mexicana bajo el mandato de López Obrador (2018-2024) tiene sustento en las inversiones en infraestructura que ha realizado el gobierno mexicano en el sur-sureste del país desde 2019.
“Apenas dos o tres años después de iniciadas las primeras obras ocurre un rompimiento (…) que va teniendo consecuencias para la localización de las empresas manufactureras americanas, sobre todo, pero también de otros orígenes”, dijo.
En este sentido, se refirió a las empresas internacionales que tienen interés en trasladar su manufactura al país para venderlo en el mercado de Estados Unidos, en medio del fenómeno de relocalización de las cadenas de proveeduría, denominado como nearshoring.+