La economía mexicana retrocedió 0.1% durante 2019, con lo que se encuentra en fase recesiva. Se trata de la primera caída de la actividad económica en 10 años y el primer retroceso para un inicio de sexenio desde el gobierno de Vicente Fox, de acuerdo con los resultados de la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) divulgados por el Inegi.

“El resultado preliminar del PIB al cierre del año pasado muestra que la economía mexicana pasó del estancamiento a una desaceleración que confirma que ya se tradujo en recesión”, advierte José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

Lo anterior debido a que las tasas de crecimiento anual del PIB con base en cifras sin ajuste estacional muestran tres caídas consecutivas, del segundo a cuarto trimestre de 2019, explicó el especialista.

De igual forma, las cifras ajustadas por estacionalidad muestran dos caídas en el tercer y cuarto trimestre del año, señalando que en la primera mitad del año pasado fue muy débil, con un crecimiento nulo en el primer trimestre y uno de apenas 0.14% en el segundo, agregó De la Cruz.

Sin embargo, para Juan Carlos Alderete, director de análisis económico de Banorte, la actividad económica permaneció sin cambios durante los dos últimos trimestres del año pasado, con base en cifras ajustadas por estacionalidad, confirmando que aunque la economía parece estar estancada, no se encuentra en recesión.

En general, la economía estuvo afectada por diversos factores, incluyendo la típica moderación asociada al primer año de una nueva administración federal, impactando tanto a la inversión pública como privada; una serie de choques temporales, como el desabasto de gasolinas; y la incertidumbre comercial afectando por tensiones entre Estados Unidos y China y dificultades para la aprobación del T-MEC, explicó el economista
de Banorte.

Por grandes actividades, el retroceso en 2019 fue resultado de la caída de la producción industrial de 1.7% a tasa anual, mientras las actividades relacionadas con el comercio, transporte y otros servicios crecieron 0.3%, y las agropecuarias 2.1%, insuficientes para revertir la caída general de la economía.

Por componentes, las actividades industriales disminuyeron 1% y las agropecuarias 0.9% a tasa anual, mientras que las actividades terciarias, relacionadas con el comercio, transporte y otros servicios aumentaron 0.3% en el cuarto trimestre de 2019.

En su comparación anual, la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto con series desestacionalizadas tuvo un retroceso real de 0.3% en el trimestre en cuestión respecto al periodo octubre-diciembre de 2018. Por actividades económicas, el PIB de las actividades industriales descendió 1.5%, en tanto que el PIB de las actividades primarias avanzó 1.9% y el de las terciarias 0.1%.

Uno de los factores que más afectaron el crecimiento fue la caída de la inversión física, tanto pública como privada, la cual no se ha revertido, por lo que al parecer el ciclo económico a la baja no ha tocado fondo, opinó De la Cruz.

Pese a la caída del PIB en 2019, los analistas son optimistas para 2020. “Este año se espera que la actividad económica responda positivamente a menores tasas de interés, mayor eficacia en la aplicación del gasto público y disipación parcial de la incertidumbre (T-MEC)”, dijo Alejandro Saldaña, analista de grupo financiero Ve por Más.

Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), señaló que la caída de la confianza, el subejercicio presupuestal y el bajo nivel de inversiones son parte de las causas que llevaron a la economía mexicana a contraerse en 2019, por lo que es necesario que el gobierno federal deje el discurso que genera divisiones. (Con información de Ivette Saldaña)

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