La contracción de la economía y del consumo privado en noviembre pasado apuntan a una desaceleración de la actividad productiva del país en el último trimestre del año, revelan estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

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Luego de cuatro meses de crecimiento, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) habría reportado una disminución de 0.1% en noviembre de 2022, indican las cifras oportunas estimadas por el instituto.

De confirmarse estos resultados, la actividad productiva del país estaría a 0.1% de alcanzar el nivel registrado en enero de 2020, previo a la pandemia, pero aún 0.4% por debajo de su máximo histórico alcanzado en septiembre de 2018, según cifras ajustadas por estacionalidad.

Esta contracción es resultado del menor dinamismo tanto de la producción industrial como del sector servicios, que en conjunto son responsables de más de 80% de la actividad económica del país, explicó Raymundo Tenorio, profesor e investigador emérito del Tec de Monterrey.

Este frenón en la recuperación económica ya se veía venir con la disminución mensual de 0.7% del consumo privado en el mercado interno prevista por el Inegi para noviembre, incluso a pesar de El Buen Fin, así como por el menor dinamismo de exportaciones, que reportaron una baja de 4.2% en octubre.

En opinión de Tenorio, este es un impacto tanto de una dinámica interna como externa, pero consideró que la externa es leve, es decir, no es el impacto que se espera de lo que ocurra con la economía de Estados Unidos.

“El impacto es más en lo interno y, sobre todo, derivado del sector servicios por el debilitamiento de la demanda en algunas actividades de este segmento de la economía”, agregó.

Los servicios habrían observado una contracción mensual de 0.14% el mes pasado, luego de un crecimiento de apenas 0.09% en octubre, y pese a un menor dinamismo de la inflación.

“El consumo se redujo en actividades como servicios logísticos debido a que se encarecieron, así como los servicios de transporte de personas y los servicios educativos, especialmente los privados, además de los servicios de tercerización, debido a que todavía se resiente la eliminación de la subcontratación”, comentó el especialista.

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Industria frena ritmo

Se estima que la actividad industrial, después de un crecimiento de 0.52% en octubre, registró una reducción de 0.07% en noviembre, con lo que el sector estaría 0.58% por debajo del nivel reportado en enero de 2020.

Entre las actividades que más habrían contribuido a este menor dinamismo en la industria destacaría la construcción, cuya producción hasta octubre se ubicaba 6.7% por debajo de los niveles previos a la pandemia.

Por lo que se refiere al segmento manufacturero, Tenorio dijo que hay tres actividades que siguen afectadas: la producción textil, química y la fabricación de equipo de transporte.

2023 parece complicado

Sobre la posibilidad de que en el cuarto trimestre haya un débil crecimiento económico, el académico reconoció que es probable que se alcance una tasa anual de entre 2.7% o 2.9% en los últimos tres meses del año, cifra inferior a la expansión de 4.3% del tercer trimestre.

Sin embargo, consideró que diciembre tendrá una actividad económica positiva, por el impulso que estacionalmente tienen el consumo y las remesas.

Sin embargo, para el próximo año el escenario es menos optimista, porque las micro y pequeñas empresas verán una fuerte desaceleración en empleo, así como en apertura de nuevos negocios por la fuerte alza salarial y altas tasas de interés.

La tasa de interés de referencia se ubicaría por encima de 11%, predijo, pero las tasas activas para los préstamos a empresas van a estar arriba de 25%, un duro golpe para los negocios.

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