El producto interior bruto (PIB) de Argentina se hundió 3.4% durante la primera mitad del año, en coincidencia con el primer semestre de gestión de Javier Milei, cuyas políticas de 'shock' impactaron fuertemente en una economía que ya venía en contracción desde el año pasado.
Según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el PIB de Argentina acumuló en el primer semestre una caída del 3.4%, frente a la contracción del 2.3% registrada en igual periodo de 2023.
De acuerdo al informe oficial, en el segundo semestre el PIB se contrajo 1.7% con respecto a igual periodo de 2023, encadenando cinco trimestres en negativo, aunque desacelerando el ritmo de desplome respecto al derrumbe del 5,2% registrado en el primer trimestre de este año.
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Entre abril y junio pasado el PIB también cayó 1.7% en relación al primer trimestre de 2024, sumando tres periodos consecutivos en negativo.
"La situación luce apremiante y, a largo plazo, no deja de preocupar que la economía se encuentre operando en niveles similares a los de mediados de 2010", advirtió el banco CMF en un informe.
En la primera mitad del año, la economía se vio impactada por los efectos de la súbita devaluación del peso argentino en diciembre pasado, apenas iniciado el Gobierno de Milei, y del drástico programa de ajuste puesto en marcha por el nuevo Ejecutivo.
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Los diversos sectores económicos operaron durante el primer semestre en un escenario de muy elevada inflación (271.5% interanual en junio; 79.8% acumulado en el semestre), con una fuerte caída de los ingresos de los hogares en términos reales que impactó de lleno en la demanda, golpeando al comercio y a varios sectores industriales.
De acuerdo al informe oficial, en el segundo trimestre la oferta global se contrajo 6.4% en términos interanuales como producto de la caída del 1.7% del PIB y el derrumbe del 22.5% en las importaciones.
En tanto, la demanda global retrocedió 6.4%, con un derrumbe del 29.4% en la formación bruta de capital fijo y un aumento del 31.4% en las exportaciones, mientras que el consumo privado se hundió 9.8 % y el consumo público cayó 6%.
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Según el Indec, en la mitad de los 16 sectores que conforman el PIB se observó una retracción interanual de actividad en el segundo trimestre, pero entre ellos hay sectores con mucho peso, como la construcción (-22,2%), la industria manufacturera (-17,4%) y el comercio (-15,7%).
La nota positiva la dio el sector agropecuario, con un salto interanual del 81,2%, aunque desde bases muy deprimidas por la severa sequía que golpeó a esta actividad el año pasado.
De acuerdo a las últimas proyecciones privadas recabadas por el Banco Central y a la previsión incluida por el Gobierno en el proyecto de Presupuesto 2025, el PIB de Argentina caería 3,8% en 2024, desde una retracción del 1,6% en 2023.
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"Para lo que resta del año proyectamos un sendero de crecimiento débil, con subas y bajas y una amplia disparidad sectorial", sostuvo en un informe de la consultora LCG.
Según la firma, en la medida en que, por la moderación de la inflación, los salarios comiencen a sostener una recomposición en términos reales, podrá darse un incremento del consumo, principal componente de la demanda agregada, mientras que "la mayor oferta de crédito, desde niveles mínimos, podría actuar como soporte, pero con un efecto marginal".
De cara a 2025, las proyecciones son positivas, aunque mientras el Gobierno vaticina una vigorosa recuperación del PIB del 5%, los consultores privados sondeados por el Banco Central prevén un crecimiento más moderado, del 3,5%.
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