México debería posponer los planes de una nueva refinería, exhortó ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) una vez más, pero ahora instó también a alentar la participación del sector privado en la generación de la electricidad.
Al advertir que México está soportando un costo humanitario, social y económico muy alto por la pandemia, el organismo recortó su pronóstico de crecimiento económico, el cual, junto con el de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), era el más optimista para 2021 y 2022.
En las conclusiones preliminares del personal técnico del organismo que tiene como directora gerente a Kristalina Georgieva, al término de su revisión de la economía mexicana se destaca la urgencia de reformar el plan de negocios de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En el documento se incluye la actualización de las estimaciones del FMI para el Producto Interno Bruto (PIB) de México, que registraron un recorte respecto a lo previsto en junio, al bajar de 6.3% a 6.2% para 2021, y de 4.2% a 4% para el siguiente año.
Así, el pronóstico más alto para México lo tiene ahora la OCDE, con 6.3% para este año, misma meta que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El Banco Mundial (BM) hace unos días dio a conocer un ajuste al alza de 5% a 5.7% para este año, mientras que el de México (Banxico) espera una expansión de 6.2%, y la Cepal-ONU, 5.8%. Para el próximo año, la expectativa más alentadora para el PIB es de la SHCP, de 4.1%, seguida de la OCDE y Banxico, en 3%.
En el informe que difundió el FMI, con la autorización del gobierno mexicano, se señala la importancia de permitir la participación de actores privados en la distribución de hidrocarburos y fortalecer la red eléctrica, porque se promovería un sector energético más barato, confiable, sostenible y competitivo.
Además, recomendó aumentar el gasto y realizar una reforma fiscal progresiva que elimine los tratamientos preferenciales, aprovechar mejor el impuesto predial, recaudar más y mejor en el sector de la minería, eliminar la tasa cero del IVA y modificar la actual política de subsidios a las gasolinas, ya que sólo beneficia a quienes más tienen.
Sobre Pemex, el fondo advirtió que las pérdidas de la petrolera están colocando una carga sobre los contribuyentes y desplazando otros usos más productivos de los recursos fiscales.
Aseguró que los escándalos de corrupción pasados subrayan la importancia fundamental de fortalecer los procesos de gobernanza y adquisiciones dentro de la empresa.
Consideró que el apoyo adicional a Pemex debe ir acompañado de una nueva estrategia que priorice los objetivos financieros, como por ejemplo, centrarse en campos rentables, vender activos no esenciales, posponer los planes de la refinería y reformar su costoso esquema de pensiones, así como también aumentar la transparencia.
La asociación con empresas privadas aprovecharía la experiencia especializada y ayudaría a administrar los costos, aseguró. El organismo multilateral apuntó que a las pérdidas de Pemex se suman los costos elevados por el pago de pensiones.
Ponderó que sobre la base de la nueva reforma aprobada el año pasado se podría considerar rediseñar la pensión mínima para mitigar los riesgos de la jubilación anticipada, lo que podría lograrse reforzando el vínculo entre la edad de jubilación y las pensiones.
Asimismo, armonizar los regímenes especiales de pensiones con el sistema a nivel más general, completar sin demora la transición para dejar atrás el costoso plan de pensiones anterior a 1997 y elevar la edad para jubilarse.