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En 2018, los turistas mexicanos pagaron las vacaciones más caras de la última década, debido a la depreciación del peso frente al dólar.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que el precio de los servicios turísticos en paquete subió 8.6% el año pasado, una tasa que duplicó el aumento de 4.2% reportado en 2017 y significó el incremento más pronunciado desde 2008.
En tanto, los hoteleros fueron afectados por el dólar caro porque muchos tienen contratos con empresas extranjeras y, dado que la mayoría de sus ingresos son en pesos, la depreciación cambiaria conlleva que requieran más pesos para comprar dólares y pagar convenios, forzándose a elevar sus tarifas.
Los turistas mexicanos terminaron pagando el sobrecosto por la depreciación cambiaria, debido a que la mayoría de los visitantes extranjeros compran sus paquetes en dólares desde su país
de origen.
Datos del Banco de México (Banxico) indican que la cotización promedio del dólar al mayoreo fue de 19.2 pesos en 2018, un incremento de 30 centavos con relación a 2017 y significó el quinto año consecutivo que la divisa aumenta de precio.
Mientras tanto, las cuotas de autopistas en el país subieron 9.5% en 2018 y representó la mayor alza en los últimos 18 años, luego de que Caminos y Puentes Federales (Capufe) anunció un incremento en las tarifas de peaje en la red carretera del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) en septiembre pasado.
A principios de octubre de 2018, Miguel Torruco, actual titular de la Secretaría de Turismo, expresó vía Twitter que “el aumento exagerado de tarifas en carreteras le pega al turismo doméstico que representa 82% de la ocupación hotelera y [además] el aumento desmedido a las tarifas eléctricas le pega al sector privado, destacando [los] hoteles y
[los] restaurantes…”.
Los paquetes turísticos incluyen al menos dos elementos del viaje, como pueden ser el transporte, el hospedaje, los alimentos y las visitas a las diversas ciudades.