A casi un mes de que inicie Semana Santa, el ánimo de las familias para salir de vacaciones cayó, pues consideran que sus posibilidades económicas no se lo permitirán en los próximos meses, mostró la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor elaborada por el Inegi y el Banco de México.
El indicador relacionado con las posibilidades económicas de los miembros del hogar para salir de vacaciones durante los próximos 12 meses retrocedió 2.5 puntos en febrero respecto al mes anterior.
Se trata de la caída más fuerte entre las 10 variables complementarias del índice de confianza del consumidor, que se refieren a las posibilidades de comprar ropa, zapatos, alimentos, un auto o una casa, así como sus expectativas sobre ahorro, inflación y empleo.
“Después de tocar máximos en febrero de 2019, la confianza del consumidor ha tendido a disminuir”, explicó Alejandro Saldaña, analista de grupo financiero Ve por Más.
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Comentó que algunos de los componentes relacionados con las expectativas de la situación personal del hogar han tenido un mayor regreso, por lo que el consumo de bienes y servicios que no son estrictamente necesarios (como son las vacaciones), se estén posponiendo en un entorno de incertidumbre.
En opinión del analista, las expectativas de las familias es lo que más se está deteriorando.
“Los hogares no están viendo claro qué va a pasar con la economía hacia adelante y no tengan seguridad en materia laboral, lo que afecta a sus perspectivas hacia los próximos 12 meses, por lo que el tema de las vacaciones y algunos otros rubros relacionados con la discrecionalidad del consumo son impactados de manera importante por esa razón”.
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Después de las vacaciones, entre los indicadores complementarios de la confianza del consumidor que reportaron retrocesos importantes en febrero se encuentran las expectativas de empleo para los próximos 12 meses, así como las condiciones económicas de las familias para ahorrar en 12 meses respecto a hoy, con una disminución mensual de 0.6 puntos, respectivamente.
Adicionalmente, el relacionado con la posibilidad de comprar un auto nuevo o usado en los próximos dos años, retrocedió 0.5 unidades.
En términos generales, la percepción de las familias sobre su situación económica y del país retrocedió durante el segundo mes del año. El indicador de confianza del consumidor presentó en febrero una disminución mensual de 0.2 puntos con datos ajustados por estacionalidad.
Dos de sus cinco componentes no mostraron cambios, siendo estos las expectativas de los hogares y las condiciones actuales del país. En particular, se esperaba que este último indicador resintiera en mayor medida el impacto de los recientes eventos relacionados con seguridad pública, particularmente sobre feminicidios en el país, dijo Francisco Flores, analista económico de Grupo Financiero Banorte.
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Analizando el resto de los componentes, las condiciones actuales de los hogares respecto a hace un año fue el de mayor retroceso, con una baja mensual de 0.6 puntos, debido al aumento en la tasa de desocupación y la trayectoria descendente de la creación de empleo formal, comentó Francisco Flores.
El indicador que capta las expectativas sobre la condición económica del país esperada dentro de un año respecto a la situación actual descendió 0.3 puntos con relación al nivel del mes previo.
Finalmente, el componente relativo a la opinión sobre las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para efectuar compras de bienes durables, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos presentó un avance mensual de 0.3 puntos.
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Hacia adelante, Francisco Flores considera que los aumentos salariales, junto con señales tentativas de una aceleración de la economía pueden actuar como sustento de la confianza del consumidor.
Aun así, no descarta que pudiera haber un impacto negativo en el corto plazo derivado del brote del Covid-19, aunque moderado y temporal, similar a la disminución observada en mayo de 2009, cuando ocurrió la pandemia del virus A-H1N1.