Comprar una cadena con un diamante puede costar 10 mil pesos, y aunque se trata del precio para una piedra preciosa sintética, es mucho más barata que un centenario de oro, que se cotiza en cerca de 33 mil pesos.En 2016, el precio de un diamante sintético fue 16% más barato que el de uno natural, pero en diciembre del año pasado la diferencia se hizo mayor al llegar a 42%, esto significa que si por uno real se pagan mil dólares, uno artificial cuesta 580 dólares.
Los descubrimientos científicos y el desarrollo de más y mejor tecnología consiguieron que los diamantes se produzcan a bajo costo, explicó la investigadora de HRD Antwerp World Diamond Center, Marleen Bouman.
“La diferencia de precios está aumentando. Si comparas de dos años a la fecha, la brecha es enorme, pasó de 16% y ahora está en 42% la divergencia de cotizaciones entre un diamante sintético y uno natural”, dijo la especialista en entrevista.
Esa caída en precios al público se debe a que la “tecnología ha mejorado y los costos de producción son ahora de 300 a 500 dólares por quilate —la unidad de medida del diamante—, mientras que en 2008, hace más de 10 años, hacer uno sintético costaba 4 mil dólares por quilate”, explicó.
En los últimos 10 años el precio de la gema se redujo a casi 10% del costo de producción que se tuvo en 2008, lo cual, además, parece ser una tendencia que continuará y que poco a poco será más accesible para que nuevos segmentos de la población adquieran el brillante.
Una de las firmas más fuertes en la producción de diamantes sintéticos es Lightbox, de la empresa De Beers, la cual tiene prácticamente 30% del mercado de las piedras artificiales y que fabrica cada vez más barato, porque al año alcanza una producción de medio millón de quilates, dijo Bouman.
Bouman consideró que los descubrimientos científicos y el desarrollo de mejor tecnología lograrán que los diamantes, sobre todo los sintéticos, estén cada vez más al alcance de los bolsillos.
De acuerdo con datos de Antwerp World Diamond Center, con sede en Amberes en Bélgica, la ciudad que se considera la principal plaza comercial de diamantes en el mundo, en 1954 se logró elaborar el primer diamante sintético. A partir de entonces, se cuenta con tecnología que abarata costos de producción.
En Amberes se comercializan diamantes brutos y pulidos desde hace 50 años, explicó el embajador de Bélgica en México, Antoine Evrard, cuidando que haya estricto control entre los sintéticos y naturales. Además, se certifica a las piezas para que no se vendan piedras que provengan de países en guerra.
Es en ese sitio donde Antwerp analiza si son verdaderos los diamantes, se les otorga el certificado y de un número que se les graba.
La producción de diamantes en bruto en 2017 fue de 164 millones de quilates, siendo Australia, El Congo, Botswana, Sudáfrica y Rusia los principales productores de la piedra, de acuerdo con De Beers.
En 2015 se estimó que la producción global de diamantes sintéticos fue de 4 mil 380 millones de quilates, sobre todo elaborados en China, donde se producen cerca de 4 mil millones, seguido de EU, Rusia y Sudáfrica.
Las ventas de esas gemas en el mundo en 2017 alcanzaron 82 mil millones de dólares, siendo los principales compradores de esas piedras preciosas Estados Unidos, China, India Japón y países de Medio Oriente.
Mercado mexicano
México importa alrededor de 100 millones de dólares en diamantes pulidos anualmente, siendo su principal proveedor Estados Unidos, según con Antwerp. Aunque la entrada de diamantes naturales o sintéticos sin ensamblar, señala el Sistema de Información Arancelaria Vía Internet de la Secretaría de Economía, fue de casi 2 millones 613 mil gramos en 2018, siendo sus principales proveedores EU, China, Irlanda, Corea y Australia.
De acuerdo con las estadísticas mexicanas, Estados Unidos fue el proveedor de 69% de las importaciones de diamantes que realizó México, y China, de 21%.
El mercado mexicano es interesante para proveedores de diamantes, porque “no existe impuesto a la importación de diamantes pulidos y en principio no hay barreras comerciales para importar diamantes en bruto”, dijo el CEO de Antwerp, Ari Epstein.
Además de que se espera que haya un crecimiento de la industria joyera en los próximos años, lo que hace atractivo a México para los proveedores de las gemas.
Sin embargo, la tendencia es que la mayor demanda se mantenga en EU y China, donde está el principal mercado para los productores de diamantes naturales y sintéticos, de acuerdo con un estudio de Bain & Company y Antwerp. Aunque advirtieron que si la guerra comercial entre esos dos países continúa, podrá tener un efecto negativo el crecimiento del mercado en esos dos países.
Explican que la tendencia actual es que crezca más la presencia de los brillantes hechos en laboratorio, sobre todo porque la empresa De Beers, a través de Lightbox Jewelry, puede convertir al diamante sintético, por su valor de producción, en un accesorio de fabricación masiva.