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ruben.migueles@eluniversal.com.mx
La tasa de desocupación llegó a 3.58% de la Población Económicamente Activa (PEA) durante julio pasado, proporción ligeramente superior a la de 3.55% registrada un mes antes, para ubicarse en su nivel más elevado desde diciembre de 2016, con datos ajustados por estacionalidad, informó el Inegi.
La tasa de desempleo acumula tres meses consecutivos con aumentos marginales.
Francisco Flores, analista económico de Banorte, consideró que “el reporte es negativo, con la tasa de desempleo aumentando gradualmente, situación que es consistente con mayores condiciones de holgura en el mercado laboral que reflejan la desaceleración de la actividad económica, en particular de la demanda doméstica”.
En opinión del especialista de Banorte, los detalles del reporte son en general débiles. En particular, destaca el aumento de la población subocupada, aquella que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas, y que llegó a 7.6% de la población ocupada de acuerdo con cifras desestacionalizadas, con lo que suma cinco meses al alza y ubicarse en su dato más alto desde septiembre de 2017.
Además del alza marginal de la tasa de desempleo en los últimos tres meses, al interior del reporte, se aprecian otras señales de debilidad en el mercado laboral, destacó Janeth Quiroz, analista económica de grupo financiero Monex.
Destacó la tasa de condiciones críticas de ocupación, que mide la proporción de empleos que se realizan bajo condiciones inadecuadas, la cual ha repuntado significativamente en comparación con el año pasado, al pasar de 15.35% a 19.48% de la población ocupada.
“Este incremento puede estar asociado al ritmo creciente de la población económicamente activa, en combinación con la baja generación de empleos formales, por lo que la tasa puede seguir creciendo en meses posteriores, impulsando el deterioro del empleo”, destacó la especialista.
Del lado más positivo, la tasa de informalidad laboral se redujo a 55.93%, la más baja desde octubre de 2018. Este indicador mide a la población ocupada que es laboralmente vulnerable por la unidad económica para la que trabaja, con aquellos cuyo vínculo no es reconocido por su fuente de trabajo.
Los analistas coincidieron en que la debilidad de los resultados del mercado laboral se derivan del estancamiento de la economía.