El impuesto de 50% que el gobierno federal impuso a las exportaciones de maíz blanco harinero para estabilizar los precios de la tortilla es una decisión inapropiada que no abaratará el alimento más consumido por los mexicanos, opinaron analistas.
Sin embargo, sí afectará a exportadores de maíz blanco que tienen contratos preestablecidos y que se dieron con precios que no consideraron el arancel.
“Es una decisión inapropiada y a destiempo que no tendrá efectos” por diversas causas que empujan al alza los precios, además de que envía “una mala señal al mercado”, señaló el director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya.
Por ejemplo, “los inventarios de la cosecha pasada fueron mínimos, el volumen de exportación en 2022 fue sólo de 238 mil toneladas métricas, la próxima cosecha otoño-invierno 2022-2023 en Sinaloa será récord por 6.5 millones de toneladas métricas que inicia en mayo y el decreto es hasta el 30 de junio de 2023”.
Esto impacta a exportadoras de maíz blanco como Cargilll, Cofco, Columbia y Gruma, explicó Anaya.
El socio fundador de la consultoría Arion9, Juan Díaz Mazadiego, afirmó que en el decreto por el que se modifica la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, publicado este lunes, no explica por qué se restringirán las exportaciones mediante un arancel, pues eso lo pide el T-MEC.
En el tratado se permiten restricciones bajo ciertas circunstancias como la escasez crítica, “pero el decreto no dice nada, ninguna justificación salvo la importancia para el consumo mexicano”.
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