Los principales motores de la actividad económica del país, el consumo y la inversión , tuvieron un comportamiento mixto en el último trimestre del año pasado, lo que se tradujo en un debilitamiento de la recuperación, revelan datos de la oferta y demanda publicados por el Inegi .
La oferta y demanda agregada subió 0.1% durante los últimos tres meses de 2021 respecto al periodo inmediato anterior, prácticamente igual que lo registrado en el tercer trimestre. Esto marcó el sexto trimestre consecutivo de recuperación , aunque con una desaceleración relativamente fuerte en la segunda mitad del año.
Dentro de la demanda, el consumo privado reportó un crecimiento 1.4% durante el cuarto trimestre del año pasado, favorecido por la evolución de la pandemia, en particular por lo que se refiere al consumo de servicios que reportaron un aumento de 2.1%.
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Además, ayudó a una relativa normalización en las cadenas de suministro, con el consumo de bienes importados subiendo 3.4%, más fuerte que el 0.8% del sector doméstico, explican en su análisis, los especialistas de Banorte. En su opinión, el desempeño general fue positivo considerando que los elevados precios al consumidor provocaron un decremento en ingresos reales.
A pesar de esto, la demanda doméstica fue frenada por la inversión, la cual reportó una caída trimestral de 0.2% en los últimos tres meses del año pasado. Esto fue explicado por la fuerte contracción en la inversión pública de 4.6%, luego de haber reportado un crecimiento de 5.1% en el trimestre previo.
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La inversión privada también reportó un retroceso trimestral más moderado de -0.1%, luego de ligar cinco meses en recuperación.
Hacia adelante, los especialistas de Banorte consideran que los riesgos para la economía mexicana han aumentado en perjuicio de la inversión y el consumo. Debido principalmente a la alta inflación que será un viento en contra adicional, al menos en el corto plazo, ante el avance de los precios de las materias primas, afectados por la guerra en Ucrania.
vcr