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Cada año, México pierde cerca de 70 mil millones de pesos por culpa del robo de combustible, una práctica que se ha disparado en los últimos dos años y que se hace con la complicidad y el silencio de algunos funcionarios de Pemex. El gobierno de AMLO ha decido combatir la venta ilegal de combustible mediante el cierre de algunos ductos, lo que ha provocado desabasto en la mayor parte de estados del país. Las colas kilométricas para comprar combustible en las gasolineras se ha convertido en el día a día de muchos conductores.
Tanto Pemex como el gobierno federal han asegurado en repetidas ocasiones que hay gasolina suficiente para satisfacer la demanda, pero que la distribución se ha ralentizado y a pesar de las medidas que lleva a cabo el ejecutivo para recuperar la normalización, no hay una fecha concreta del restablecimiento total del servicio.
Por ello, ¿a quién puede afectar que el desabasto de combustible se extienda en el tiempo? Desde Banco Base consideran que, de alargarse esta situación, "el problema de desabasto podría representar un riesgo para las ganancias de las empresas, la actividad económica y la inflación. En particular, la inflación podría ser afectada por el lado de los alimentos, pues de acuerdo a la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Conacca), hay riesgo de descomposición de al menos 90 mil toneladas de alimento, entre los que destacan inventarios de aguacates, papas, jitomates y hortalizas".
Trasladando esta situación a las emisoras cotizadas, "desde la perspectiva de fundamentales, el desabasto de este combustible tendría un impacto negativo en las utilidades de emisoras intensivas en su uso, como Cemex en la extracción de cemento y Grupo México Transportes en el combustible ferroviario. Por su parte, emisoras del sector de consumo básico también tienen uso intensivo de gasolina en la distribución de sus productos", apuntan desde la entidad financiera.
A este respecto, Pablo González Guajardo, CEO de Kimberly Clark, apuntó en la conferencia telefónica con analistas con motivo de sus resultados financieros al cuarto trimestre de 2018 que "no hemos visto ningún impacto material de la escasez de gasolina en México. Sí, hemos tenido algunas dificultades en términos de nuestro esquema de logística y distribución y con eso quizás algunos productos que no hemos podido entregar como nos hubiera gustado. Y, por lo tanto, en el estante tal vez algunos productos que no estén, no tenemos el volumen que nos gustaría tener, pero diría que no es material".
Los analistas de SURA Asset Management México, señalan que el desabasto de combustible tiene efectos secundarios sobre las redes de distribución y las cadenas de suministro, esto a su vez tiene un impacto negativo sobre el consumo; "de tal manera que las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores se ven afectadas como consecuencia de la falta de combustible". Estos expertos señalan a empresas como "PINFRA que presenta un menor tráfico en carreteras, Grupo México que se ha visto afectado por el diésel, así como empresas que dependen de su distribución", es decir, de consumo.
Por su parte, José Antonio Cebeira, analista de Actinver, señala que tras hablar con las compañías, en términos generales "no existen afectaciones significativas para las compañías, ya que la mayoría de las compañías usan diésel en sus camiones y no tuvieron afectaciones", aunque "varias de las firmas nos comentaban que tuvieron que hacer ajustes a sus rutas de distribuciones y cargar combustible en las madrugadas para no tener afectaciones".
LAS SOLUCIONES DEL GOBIERNO
El plan del Gobierno es transportar el combustible por medios alternativos a los ductos. En este sentido, las autoridades han entablado un diálogo con transportistas y empresarios para aumentar el volumen de distribución de gasolina mediante ferrocarriles, pipas, autotanques. El plan contempla la adquisición de 500 pipas con capacidad para transportar hasta 60 mil litros de combustible para así incrementar 25% la capacidad del reparto de combustible. El gobierno ha garantizado para los nuevos conductores contratados un salario de 14 mil 500 pesos quincenales. Además, tendrán seguridad social, aguinaldo, vacaciones, y el pago de horas extras por trabajar en sábado y domingo. Para optar a este puesto se debe contar con requisitos como identificación oficial con fotografía, contar con buena reputación o acreditar buen estado de salud.
La estrategia se ha visto golpeada por la explosión del ducto de Pemex en Hidalgo, que ha dejado, por el momento, un centenar de fallecidos. En respuesta, AMLO ha presentado un proyecto que busca beneficiar a más de 1.6 millones de mexicanos en los municipios más afectados por el robo de combustible mediante programas sociales. Esta estrategia, que cuenta con un presupuesto de 3 mil 857 millones de pesos "tiene como propósito que la gente no se vea obligada, por la pobreza y necesidad, a llevar a cabo prácticas de recolección de gasolinas", ha afirmado el presidente, "ni a poner su vida en peligro".
Los esfuerzos de AMLO para acabar con el robo de combustible cuentan con el apoyo del FMI. La institución, que hace dos días dio un fuerte correctivo al gobierno bajando sus previsiones de crecimiento para México en cuatro décimas, ha respaldado la iniciativa del Gobierno Federal de combatir el robo de combustible y ha asegurado que esto manda señales positivas y mejorará, a medio plazo, las finanzas del país. Los mexicanos, de momento, también respaldan en plan de AMLO: 57% considera que el presidente debe seguir con su estrategia, según una encuesta de Mitofsky, realizada antes de la explosión en Hidalgo.
Pese a los esfuerzos del Gobierno, la crisis de desabasto de gasolina ha dejado en evidencia la creciente dependencia de México a las importaciones de gasolina, que han ido aumentando a un ritmo del 18.2% anual en los últimos cinco años. Hoy, 95% de la gasolina que se demanda en México es comercializada por Pemex, lo que dificulta el combate contra el huachicoleo. Desde la llegada de AMLO, no obstante, la importación de gasolina de Estados Unidos ha disminuido, lo que ha podido agravar el problema de desabasto. Según ha publicado el Washington Post, desde la llegada del tabasqueño a la presidencia, México importa 28% menos de petróleo estadounidense. La tendencia podría cambiar tras el estallido de la crisis. AMLO ha pedido a firmas como Chevron, Shell y Exxon, con permisos para importar gasolina, que aumenten las cantidades de combustible que introducen por la frontera. A finales de 2018, en México había vigentes 522 permisos para la importación de gasolina, pero la mayor parte de ellos apenas se usan.