Para la mayoría de los mexicanos el bienestar económico no es prioridad, revela la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) del Inegi.

Alberto Martínez, director ejecutivo de DIAM Proyectos de Inversión, menciona las cuatro etapas claves para fincar un bienestar adecuado: comienzo de tu vida financiera, crecimiento, establecimiento o consolidación y prejubilación.

La educación financiera es uno de los pendientes en el, pues no necesariamente un mayor nivel de estudios refleja bienestar económico, según la revista Proteja su dinero, de la .

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En promedio, más de un tercio de la población enfrenta estrés financiero sin importar el nivel educativo. Entre los datos que rescata la revista es que 23% asegura algo para su futuro.

Comienzo de la vida financiera

En diferentes etapas de la vida nos enfrentamos a la toma de decisiones económicas que con educación y planificación pueden impulsarnos a tener una mejor calidad de vida. Desde la juventud hasta la jubilación, cada momento presenta retos y oportunidades únicas que requieren planificación.

En el arranque de tu vida financiera es crucial construir una base sólida. Si eres de los jóvenes que acabó su carrera, te inicias en el mundo laboral o empezaste un emprendimiento, desarrollar buenos hábitos te ayudarán a enfrentar el futuro con confianza.

Desde el punto de vista de Martínez, en la actualidad no es necesario disponer de grandes sumas de dinero para invertir.

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“Aunque las ganancias iniciales pueden parecer modestas, es fundamental entender que cada pequeña inversión realizada de manera constante puede generar rendimientos”.

Martínez plantea comprender cómo funciona el dinero, así como iniciar un ahorro y gestionar de manera responsable un crédito para evitar problemas financieros futuros.

Sugiere conocer los distintos tipos de inversiones disponibles para hacer crecer tu dinero de manera efectiva.

Etapa de crecimiento

Alberto Martínez propone seguir con tu crecimiento profesional y ampliar tus esfuerzos financieros para maximizar tu bienestar económico a medida que tus ingresos y tu patrimonio crecen. Ya en esta etapa se debe considerar la adquisición de seguros de vida y de salud.

Y sí, desde esta fase debes empezar a planificar, analizando planes de pensiones, fondos de inversión destinados a la jubilación o cuentas individuales de ahorro para el retiro (Afores).

Consolidación

Aquí es momento de poner el enfoque en el crecimiento continuo de tu patrimonio, Por ello el directivo sugiere diversificar inversiones, es decir, distribuir tus activos de varias formas, ya sean en acciones o bienes raíces, lo que puede “ofrecer oportunidades de crecimiento en diversas áreas”. Además, es bueno hacer una revisión periódica para analizar si puedes mejorar esas inversiones. En esta etapa se puede considerar la compra de vivienda propia, pero siempre evaluando las opciones de financiamiento disponibles y “que se ajusten a tu capacidad económica”.

Prejubilación

Conforme se acerca la jubilación, las decisiones se centran en la transición al retiro. Es necesario que determines fuentes de ingresos posteriores, como pensiones, inversiones y seguridad social. Es clave calcular cuánto dinero necesitarás mensualmente para mantener tu estilo de vida y comparar estas necesidades con los ingresos disponibles.

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