El consumo de alimentos genéticamente modificados certificados por autoridades estadounidenses no representa un riesgo para la salud, ni causa un incremento de alergias o enfermedades.

En relación con la disputa que se da al amparo del T-MEC sobre la importación de maíz transgénico entre la Secretaría de Economía, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y las autoridades estadounidenses, las agencias federales de EU dieron a conocer el proceso de regulación y verificación para los organismos genéticamente modificados.

Con ello, demuestran que el consumo de transgénicos, como es el caso del maíz, cuya importación se encuentra en debate, es seguro para consumo humano, según pruebas científicas y una estricta metodología que llevan a cabo las diversas autoridades regulatorias del país vecino.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés); la Agencia de Protección Ambiental (EPA), y el Departamento de Agricultura (USDA) son las instancias encargadas de asegurar que los organismos genéticamente modificados son seguros para consumo humano, animal y para plantas.

Las tres agencias trabajan junto con el gobierno de Estados Unidos para regular a los organismos genéticamente modificados, un término común entre los consumidores para describir a una planta, animal o microorganismo cuyo material genético ha sido modificado mediante un proceso llamado ingeniería genética.

De esta forma, la FDA se encarga de regular a todos los alimentos para consumo humano y animal que estén genéticamente modificados y se asegura que aquellos alimentos que están genéticamente modificados o tienen algún ingrediente modificado cumplan con los mismos estándares de seguridad que los alimentos convencionales.

Por lo tanto, la FDA establece los mismos estándares de seguridad para quienes producen, procesan, almacenan, transportan o venden alimentos, sin importar cómo fueron creados.

En tanto, la EPA es responsable de proteger la salud humana y el medio ambiente, incluyendo los pesticidas, por lo que regula la seguridad de las sustancias utilizadas para proteger a los alimentos genéticamente modificados para que sean resistentes a insectos y enfermedades.

La EPA también monitorea pesticidas utilizados en los cultivos, ya sea de organismos genéticamente modificados o no.

A su vez, el Servicio de Inspección Animal y Salud de las Plantas del Departamento de Agricultura protege a la agricultura de Estados Unidos de la peste y enfermedades; por lo que establece regulaciones para que los organismos genéticamente modificados no dañen otros cultivos o plantas.

La FDA trabaja junto con la EPA y el USDA para asegurarse de que los agricultores entienden las reglas que deben seguir cuando están creando nuevas plantas con ingeniería genética.

El Programa de Consulta de Biotecnología Vegetal de la FDA es voluntario y tiene como fin evaluar la seguridad de los alimentos genéticamente modificados antes de que lleguen al mercado para su consumo.

El programa consta de cuatro pasos clave: primero, cuando un agricultor le notifica a la FDA sobre un potencial nuevo producto para uso en alimentación humana o animal; segundo, cuando el desarrollador de organismos genéticamente modificados somete información y datos sobre seguridad a la FDA; tercero, la FDA evalúa la información y resuelve cualquier duda con el agricultor.

Y cuarto, cuando concluye la etapa de consulta con la FDA y la agencia no tiene más preguntas sobre seguridad toda la información se hace pública. De hecho, cierto tipo de alimentos detallan cuando fueron creados por ingeniería genética.

Estos alimentos son aquellos que contienen material genético detectable que ha sido modificado mediante ciertas técnicas de laboratorio que no pueden ser encontradas en la naturaleza y toda la información puede consultarse en www.ams.usda.gov/be.

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