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Desde hace 10 años que surgieron las criptomonedas o monedas virtuales, este medio digital de pago ha tenido muchos nombres, lo que refleja importantes desafíos para las autoridades financieras de todos los países.
El nombre más común es el de Bitcoin y el que la mayoría conoce desde que aparecieron en el sistema de la tecnología financiera, pero en cada país hay un nombre especial para identificarlas.
La Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas (ASBA) destacó que las prácticas con dichos activos en América Latina han sido muy divergentes. No obstante, algo que le llamó mucho la atención es que cada país utiliza un nombre diferente.
Los términos utilizados para referirse a la criptomoneda son diversos; por ejemplo en Argentina, Tailandia y Australia le llaman moneda digital .
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Le dicen bienes virtuales en Canadá, China y Taiwán, mientras que en Alemania se le conoce como cripto-token y token de pago en Suiza.
En Italia y Líbano le dicen moneda cibernética; en Colombia es llamada moneda electrónica; mientras que en Honduras y México es conocida como activos virtuales .
Para ASBA, esta discrepancia refleja varias cosas como la novedad de los productos, la falta de claridad en cuanto a su naturaleza, la reticencia inicial de los individuos y las empresas involucradas en criptoactivos a comunicarse con las autoridades y la reticencia de las instituciones financieras reguladas a comprometerse con cualquier cosa etiquetada con el prefijo "cripto".
La institución destacó que hace poco, las transacciones con criptoactivos eran insignificantes y se limitaban a un pequeño grupo de personas, por lo que las autoridades consideraron que cualquier medida relativa a los criptoactivos no ameritaba que se les prestara atención.
Asimismo, recordó que el Bitcoin fue el pionero y apareció hace 10 años, justo cuando la crisis financiera mundial exigía la atención de los supervisores de todo el mundo al sector financiero.
Sin embargo, hasta 2013, fue cuando las autoridades comenzaron a ver este nuevo mundo ante el aumento sostenido y acelerado del valor de los criptoactivos comenzó a atraer compradores más allá del grupo inicial de personas comprometidas.
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